INTRODUCCIÓN
La comunicación es importante en la realidad objetiva, fundamentalmente en la esfera académica, especialmente en un mundo globalizado donde el desarrollo de las tecnologías de la información ha trasformado la forma en que los individuos intercambian y acceden a la información. En este escenario, el dominio del inglés es indispensable, ya que es el idioma más utilizado mundialmente y el segundo idioma de muchas personas, debido a su importancia en la ciencia, los negocios y la cultura (Garma, 2021).
En este contexto, el enfoque comunicativo (EC) surge como una metodología pedagógica, diseñada para facilitar la aplicación del idioma en situaciones reales, en lugar de limitarse a aprender simplemente reglas gramaticales (Erazo, 2021). Este enfoque ha sido fundamental en diversos sistemas educativos donde han establecido objetivos de aprendizaje centrados en la aplicación práctica del inglés. No obstante, a pesar de la relevancia del dominio del idioma, la enseñanza del inglés en Perú enfrenta retos significativos, como lo indican los resultados del EF English Proficiency Index, que sitúa al país en una posición de nivel medio-bajo en comparándolo con otras naciones de América Latina (Bautista, 2021).
La ley universitaria N° 30220 exige que los estudiantes aprueben el inglés u otro idioma nativo para graduarse. Este requerimiento subraya la necesidad de un enfoque efectivo en su enseñanza en los centros educativos de nivel superior del Perú. A pesar de contar con infraestructura y recursos tecnológicos en universidades como la Universidad Nacional del Callao, aún existen dificultades para el trabajo con la expresión oral. La metodología de enseñanza y la escasez de actividades comunicativas adecuadas limitan el aprendizaje, lo que plantea limitaciones sobre la efectividad del método comunicativo en este contexto (MINED, 2014).
Por lo tanto, esta investigación está enfocada en la interrogante siguiente: ¿Cómo puede el método comunicativo desarrollar la expresión oral del inglés entre los alumnos de la Universidad Nacional del Callao? El propósito del artículo es describir cómo se puede implementar este enfoque pedagógico en las aulas para fomentar su uso efectivo en el perfeccionamiento de prácticas comunicativas. Al examinar esta problemática, la investigación ofrece conocimientos que contribuyen a mejorar la manera en que se enseña el idioma inglés en el Centro de Idiomas de la mencionada universidad y, en consecuencia, a la formación integral de futuros profesionales en Perú, justificando así la ejecución de este estudio.
METODOLOGÍA
En este artículo se utilizó un enfoque cualitativo, utilizando la revisión de literatura. La técnica que se empleó para recolectar los datos fue el análisis de documentos, en el cual se revisaron diversas fuentes bibliográficas que abordaron el método comunicativo y la expresión oral. La herramienta empleada para recolectar los datos fue una matriz de criterios de análisis, que permitió organizar y clasificar la información extraída de los documentos revisados. Se caracterizó por incluir aspectos como el autor, el año de publicación, la metodología de enseñanza analizada, las habilidades comunicativas abordadas y sus respectivas dimensiones, entre ellas la expresión oral, la gramática, la audición y la interacción.
Las bases de datos consultadas incluyeron Google Scholar, Scopus y ERIC, donde se seleccionaron investigaciones, artículos académicos y reportes que ofrecieron enfoques teóricos y empíricos sobre el método comunicativo en el proceso de enseñanza del inglés y su repercusión en la expresión oral. Las variables analizadas durante la investigación fueron la metodología de enseñanza, centrada en el EC, y las destrezas comunicativas, con una dirección particular en la expresión oral. Las dimensiones de estas variables incluyeron la implementación de actividades interactivas, además del perfeccionamiento de la competencia comunicativa.
El contexto de la investigación se situó en el Centro de Idiomas de la Universidad Nacional del Callao. La población objeto de análisis estuvo compuesta por estudiantes de diversas carreras universitarias, con una muestra representativa de 100, quienes asistieron a cursos de inglés en el centro durante el semestre académico 2023. Las características más relevantes incluyeron una diversidad de niveles de habilidad en el idioma y el grupo de edad que osciló entre los 17 y 25 años.
Durante el procesamiento de los datos, se empleó una técnica de estudio de contenido cualitativo, que permitió identificar patrones en las metodologías de enseñanza y en el perfeccionamiento de las habilidades comunicativas. Este análisis facilitó la elaboración de conclusiones en relación con la efectividad del método comunicativo mientras los alumnos desarrollaban la expresión oral en las clases del Centro de Idiomas de la Universidad Nacional del Callao.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
La revisión de la literatura reflejada en la Tabla 1, destaca diversas estrategias pedagógicas y sus impactos en las destrezas comunicativas de los alumnos, centrándose principalmente en la expresión oral.
Nacionalmente, se observa que múltiples investigaciones abordan el EC como un método relevante. Bautista (2021) realiza un estudio que demuestra correlaciones entre la expresión oral, la gramática, la audición y la interacción, subrayando la importancia de estos elementos en el proceso de aprendizaje. Rumiche (2021), aunque se centra en aplicaciones móviles, también se percibe el perfeccionamiento de la expresión oral, destacando estos recursos digitales como un recurso para potenciar la comunicación. Por su parte, Cubas (2022) enfatiza a la comprensión de textos y la interacción, sugiriendo que un EC va más allá de la expresión verbal hacia una comprensión lectora efectiva.
En investigaciones que utilizan métodos innovadores, como los juegos verbales (Rodríguez, 2021) y el uso de imágenes ícono verbales (Sánchez, 2021), se concluye que estas estrategias impactan positivamente en la expresión oral, lo que sugiere que la creatividad en las técnicas de enseñanza facilita el uso del idioma en contextos prácticos.
A nivel internacional, los estudios de Sánchez y Pérez (2020) y Luna (2020) también confirman la eficacia del EC, enfatizando la necesidad de integrar la cultura y el contexto en la enseñanza, y la relevancia del intercambio en el trabajo con el desarrollo de habilidades idiomáticas. Meneses y Medina (2021), a través de acciones donde utilizan la informática, el internet y las comunicaciones, resaltan el potencial de las herramientas digitales en función de mejorar la expresión oral, la cual aparece como un área de atención recurrente en los estudios revisados.
Rivera et al. (2021) indican que el uso del método comunicativo en contextos formales debe centrarse en la posibilidad de los alumnos para establecer la comunicación de manera más efectiva en inglés. Finalmente, Hu Shen (2019) destaca la flexibilidad que ofrece el EC, sugiriendo que debe adaptarse a las circunstancias educativas específicas para maximizar su efectividad. En este análisis, queda claro que, nacional e internacionalmente, las metodologías centradas en la comunicación mejoran la expresión oral y abordan otras dimensiones como la gramática, la interacción y la comprensión auditiva, brindando un enfoque integral en la enseñanza del inglés.
El estudio fue desarrollado en el Centro de Idiomas de la Universidad Nacional del Callao, motivado por los resultados observados en la interacción comunicativa de los alumnos en las clases de inglés. A pesar de la diversidad de niveles de habilidad en el idioma, las evaluaciones revelaron que un porcentaje significativo de la muestra presentó dificultades en áreas fundamentales del aprendizaje, entre las que se destacan la comprensión lectora y la expresión oral.
Las insuficiencias evidenciadas sirvieron como base para desarrollar la presente revisión de literatura enfocada en la enseñanza del inglés. La diversidad de edades de los participantes, que oscilaba entre 18 y 30 años, también es considerada, ya que esta diferencia influye en la estimulación y las tácticas de aprendizaje de cada estudiante. La dificultad encontrada por muchos en la adquisición del idioma destaca la importancia de tener en cuenta las metodologías de enseñanza actuales y su implementación en la práctica educativa.
Caracterización del enfoque comunicativo
Últimamente, la enseñanza de lenguas extranjeras ha experimentado transformaciones significativas. Según Richards (2006), estas tendencias se dividen en dos períodos: los métodos tradicionales hasta finales de los años 60 y la enseñanza comunicativa de 1970 a 1990. Durante el primer período, la gramática era el eje central del aprendizaje, apoyada por la diferenciación de Chomsky (1965) entre “actuación” y “competencia”. La instrucción directa en gramática y prácticas repetitivas eran comunes, priorizando la memorización de diálogos y ejercicios para evitar errores permanentes en el discurso.
Desde 1970, se cuestionaron esos enfoques; la competencia gramatical dejó de ser el único foco y se introdujo la competencia comunicativa. Según Canalé (1983), el método comunicativo prepara a los alumnos para utilizar el idioma en contextos reales, enfatizando la interacción y el uso de textos auténticos. Este enfoque, conocido como Communicative Language Teaching, desarrolla la expresión oral y adapta la enseñanza a los intereses y entusiasmo de los estudiantes (Rivera-Fortty et al., 2021).
De acuerdo con Richards y Rodgers (2001), el EC concibe la lengua como un medio de comunicación, y su principal objetivo es cultivar lo que Hymes (1972) denomina "competencia comunicativa". Hymes proporciona una perspectiva de mayor desarrollo si se compara con la de Chomsky sobre el conocimiento del idioma, ya que, además del entendimiento gramatical abstracto propuesto por este último, Hymes considera la teoría lingüística como componente un marco amplio que abarca la cultura y la comunicación.
Otro fundamento teórico que sustenta la enseñanza de lenguas extranjeras de manera comunicativa es la descripción práctica de Halliday (1970) acerca del empleo del lenguaje, quien sostiene que la lingüística estudia los actos de habla y los textos, dado que es por medio de este estudio que se revelan todas las funciones del lenguaje y sus significados. Muchos autores coinciden en que las teorías de estas funciones del lenguaje de Halliday integran los aspectos teóricos relacionados con la competencia comunicativa.
Widdowson (1979) también contribuye a este enfoque al analizar la correspondencia entre la taxonomía verbal y la relevancoa comunicativa de los textos y discursos, introduciendo la concepción de acto comunicativo, que se refiere a la destreza de emplear el lenguaje con diferentes intenciones. Canalé y Swain (1980) enmarcan cuatro dimensiones de la competencia comunicativa: competencia gramatical, discursiva, sociolingüística y estratégica.
Según Zebadúa y García (2011), el EC ha enfrentado limitaciones en su implementación, ya que ha resultado complicado resumir su naturaleza integradora. Este enfoque está relacionado con las necesidades de comunicación de los alumnos y responde a ellas. Además, se presenta como una alternativa para enseñar las lenguas, facilitando la comprensión y producción de enunciados adecuados en diversos contextos comunicativos. Así, al centrarse en la competencia comunicativa, integra habilidades practicadas en diferentes contextos.
Hu Shen (2019) señala que el EC destaca la importancia de aplicar el conocimiento del idioma en situaciones reales, transformando gradualmente ese conocimiento en habilidades prácticas. A través de la interacción, los estudiantes mejoran sus capacidades de escuchar, hablar, leer y escribir, lo que promueve su entusiasmo por aprender y estimula su creatividad. Este enfoque prioriza la fluidez en el uso del idioma y considera los errores como algo natural del proceso de aprendizaje, proporcionando más oportunidades para lograr que los estudiantes se expresen y aumenten su confianza.
El Diseño Curricular Nacional de Básico Regular (2021) establece la adopción del EC, que involucra estudiar el idioma en contextos prácticos, simulando situaciones comunicativas que atienden las obligaciones y deseos de los estudiantes. El aprendizaje se lleva a cabo mediante textos auténticos y significativos, evitando la introducción de palabras y frases individuales que carecen de sentido.
El EC, según Finocchiaro y Brumfit (1983), se fundamenta en características clave que lo distinguen de otras metodologías. Primero, el significado es esencial en el aprendizaje. Las conversaciones están centradas en funciones comunicativas y no son meramente memorizados. La contextualización es decisiva; aprender un idioma implica aprender a comunicarse efectivamente. Aunque los ejercicios son parte del proceso, su implementación es secundaria respecto a la comunicación.
Igualmente, los estudiantes leen y escriben desde el primer día, facilitando la adquisición del sistema lingüístico a través de la práctica. La competencia comunicativa constituye el propósito, entendida como la habilidad de utilizar el lenguaje efectivamente. Los docentes deben lograr el interés de los estudiantes para interactuar en la lengua extranjera, reconociendo que el empleo del lenguaje se construye a través del ensayo y error. La fluidez y un uso aceptable del lenguaje son prioridades, evaluando la precisión en situaciones concretas, no de manera aislada. Este enfoque resalta que el idioma es un medio de comunicación, donde el contenido tiene mayor prioridad que la forma. El contexto social es vital para comprender el significado, y el pensamiento crítico reduce la dependencia de repeticiones.
La competencia comunicativa
Hymes (1972) explica que su teoría sobre la competencia comunicativa establece lo que una persona debe saber para ser eficiente en la comunicación dentro de una comunidad de discurso. Posteriormente, Hymes (1996) define la competencia comunicativa como un término inclusivo que abarca la posibilidad de un individuo para establecer la comunicación, entendiendo que implica el conocimiento del idioma y la habilidad para utilizarlo. Por su parte, Littlewood (1998) sostiene que el logro de la competencia comunicativa demuestra el desarrollo de habilidades que combina aspectos cognoscitivos y conductuales, sistematizando a los elementos funcionales y estructurales del lenguaje.
Richards y Rodgers (2001) mencionan que un análisis pedagógico influyente acerca de la competencia comunicativa está en el trabajo de Canalé y Swain (1980), quienes también resaltan las cuatro dimensiones de esta competencia. La competencia gramatical está dada en lo que Chomsky denomina competencia lingüística y Hymes lo describe como lo "formalmente posible", o sea, el dominio de las reglas gramaticales y léxicas.
La competencia sociolingüística implica comprender el contexto en el cual ocurre la comunicación, incluyendo roles, información compartida y la intención de la interacción. La competencia en el discurso se centra en cómo interpretar los elementos del mensaje relacionados con el discurso global, y la competencia estratégica abarca las tácticas que los comunicadores utilizan para comenzar, mantener, interrumpir o redirigir la comunicación.
Hoy en día, el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER) ofrece una concepción integral de competencia comunicativa. Este marco establece una base común en Europa y establece que todas las competencias humanas contribuyen a la capacidad comunicativa, considerándose aspectos relevantes de la misma (Consejo de Europa, 2001). Además, proporciona una perspectiva amplia del aprendizaje y uso de lenguas desde un enfoque orientado a la acción. Aunque puede resultar confuso que se hable de un enfoque, el MCER establece un sistema de categorías y parámetros que facilita la comunicación entre profesionales y usuarios de manera clara y coherente.
El perfeccionamiento de la competencia comunicativa implica que los textos a utilizar deben estar alineados con un tema y cumplir una o más funciones, garantizando coherencia lógica y semántica, una estructura organizada y unidad temática. También deben considerar la situación comunicativa, que abarca aspectos como los interlocutores, la ubicación, la función, la intención, el tono y el género. Finalmente, la coherencia externa, que incluye el uso de deíctico y anafórico, conectores, tiempos verbales y puntuación, así como la identificación de problemas discursivos en los estudiantes, es vital.
Por esto, los docentes deben encontrar formas de superar las dificultades, abordando errores comunes como el contenido del discurso y el entendimiento del texto mediante preguntas que involucran el contenido y el adiestramiento para captar ideas mediante lluvia de ideas. Igualmente, el desarrollo de la competencia estratégica abarca además la comunicación verbal y no verbal, implicando la adaptación del lenguaje para alcanzar objetivos comunicativos y competencias en el aprendizaje, lo cual permite desarrollar el aprendizaje de manera eficaz y autónoma, de acuerdo con metas propias y necesidades.
La expresión oral en la enseñanza aprendizaje del idioma inglés
La Tabla 2 ilustra la expresión oral como una destreza básica para la comunicación, destacando como una necesidad que requiere fluidez, claridad y un uso eficaz del lenguaje (Nunan, 1991; Golkova y Hubackova, 2014; Martínez, 2020; citados por Meneses-Paucar, (2021). Su correcta ejecución permite transmitir información, así como expresar ideas y opiniones de manera efectiva. Se delimita como el estudio de los elementos que sistematizan el desarrollo del lenguaje, lo que implica que dominar esta habilidad es básico para el aprendizaje de lenguas y la interacción social (Lool, 2018; citado por Rivera-Fortty et al., 2021).
Igualmente, refleja que la expresión oral abarca varias características que facilitan la comunicación y la comprensión, incluyendo una serie de micro destrezas que son necesarias para su dominio (Ribarroja, 2008; Navarro, 2018; citado por Rivera-Fortty et al., 2021). Según la literatura, se identifican cuatro dimensiones fundamentales de la expresión oral: fluidez, pronunciación, discurso y eficiencia al hablar (Nunan, 1991; Golkova y Hubackova, 2014; Martínez, 2020; citados por Meneses-Paucar (2021).
La primera dimensión, la fluidez, implica la capacidad de ordenar ideas de manera que se puedan expresar sin temor, lo que se traduce en interactuar con facilidad y sin interrupciones (Thornbury, 2006; Colina-Saavedra, 2021). En cuanto a la pronunciación, se aborda el sistema fonético del inglés, que incluye aspectos como la entonación, el ritmo y el acento en su contexto apropiado. La pronunciación adecuada facilita la interacción y garantiza que el mensaje se entienda correctamente, considerando indicadores como la entonación y la acentuación (Ur, 2012; Thornbury, 2006).
El discurso oral permite a las personas adaptarse a diferentes situaciones y audiencias. Una comunicación efectiva se basa en el empleo de gramática coherente y en un vocabulario apropiado, lo que ayuda a enunciar conceptos claramente y comprensible (Ivanova et al., 2020; Larsen-Freeman y Long, 1994). Finalmente, la eficiencia al hablar se relaciona con el uso correcto de la gramática y el vocabulario necesario para el logro de una comunicación efectiva. (Thornbury, 2006; Luna y Sanz, 1998; Ur, 2012).
Discusión
Después de analizar los hallazgos del estudio los autores de esta investigación revelan contribuciones, así como como limitaciones, las cuales se discuten a continuación:
La revisión de la literatura, reflejada en la Tabla 1, resalta diversas estrategias pedagógicas y su impacto en las destrezas comunicativas, especialmente en la expresión oral. Una de las contribuciones es la confirmación de la relevancia del EC, tal como se observa en investigaciones nacionales como la de Bautista (2021). Este autor establece correlaciones significativas entre la expresión oral, la gramática, la audición y la interacción, lo que subraya la interconexión de estas habilidades en el proceso de aprendizaje.
Asimismo, Rumiche (2021) destaca el potencial de las herramientas digitales para mejorar la expresión oral, lo que se alinea con la tendencia actual de incorporar tecnología en la educación. El uso de recursos digitales complementa las estrategias tradicionales y ofrece oportunidades para practicar y mejorar las habilidades comunicativas. De manera similar, los enfoques innovadores, como los juegos verbales (Rodríguez, 2021) y las imágenes ícono verbales (Sánchez, 2021), demuestran que la creatividad en la enseñanza facilita el uso del idioma en contextos prácticos, promoviendo un aprendizaje dinámico y atractivo.
Sin embargo, una limitación del estudio es su enfoque en una población relativamente pequeña y homogénea, compuesta por estudiantes de diversas carreras universitarias, lo que podría no representar adecuadamente la variedad de escenarios educativos en los que se enseña inglés. Esta limitación se hace más evidente al considerar que el interés y las tácticas de aprendizaje pueden variar significativamente entre diferentes grupos de estudiantes, lo que influye en los hallazgos logrados. La literatura, como lo señala Hu Shen (2019), enfatiza la necesidad de adaptar las metodologías a las circunstancias educativas específicas para maximizar su efectividad.
En el ámbito internacional, los estudios de Sánchez y Pérez (2020) y Luna (2020) también confirman la eficacia del EC, subrayando la importancia de integrar la cultura y el contexto en la enseñanza. Se resalta la importancia de que los métodos de enseñanza consideren el entorno cultural de los estudiantes, lo cual enriquece su aprendizaje y aplicación del idioma en contextos prácticos.
La situación actual analizada en la muestra revela cuestiones significativas en relación con el desempeño mostrado por de los alumnos en las clases de inglés. La investigación evidencia que, a pesar de la diversidad de niveles de habilidad entre los 100 estudiantes de la muestra, un porcentaje considerable enfrenta dificultades en las competencias comprensión lectora y la expresión oral. Esta situación plantea preocupaciones sobre la efectividad de las metodologías de enseñanza empleadas y la idoneidad de los recursos didácticos utilizados en el Centro de Idiomas de la Universidad del Callo, lo cual puede tener una solución a través del estudio de la literatura analizada que aboga por enfoques comunicativos y centrados en el estudiante.
El análisis crítico del progreso en la histórica de la enseñanza de idiomas, especialmente en el entorno del EC, revela un trayecto significativo en la pedagogía del inglés que ha sido influenciado por diversas teorías y prácticas educativas a lo largo de las últimas cinco décadas. La revisión de la literatura expone cómo este enfoque ha transformado positivamente la manera en que se concibe la enseñanza y el aprendizaje de una lengua extranjera, priorizando el desarrollo de la competencia comunicativa.
Entre las contribuciones del EC es su capacidad para integrar múltiples dimensiones del aprendizaje del idioma. Como señala Hymes (1972), la competencia comunicativa va más allá del conocimiento gramatical, abarcando aspectos sociolingüísticos y contextuales que son esenciales para la comunicación. Esta perspectiva se complementa con la descripción funcional del lenguaje de Halliday (1970), que enfatiza la importancia del habla y las aplicaciones del lenguaje en contextos prácticos reales.
Además, el EC fomenta la interacción y el uso de textos auténticos, como se menciona en la obra de Canalé (1983) y el Diseño Curricular Nacional de Básico Regular (2021). Al centrarse en situaciones comunicativas reales, este enfoque permite mejorar las destrezas de escucha, habla, lectura y escritura y también promueve un aprendizaje significativo. Hu Shen (2019) destaca que, al aplicar el conocimiento del idioma en contextos prácticos, los estudiantes desarrollan una mayor confianza y fluidez. Asimismo, la flexibilidad del EC permite la adaptación a las obligaciones concretas de los alumnos.
A pesar de sus numerosas contribuciones, el EC enfrenta limitaciones en su implementación. Zebadúa y García (2011) señalan que uno de los principales desafíos es la dificultad de resumir su naturaleza integradora, lo que conlleva a una falta de claridad en la ejecución de este enfoque en clases. Otra limitación es el riesgo de que se subestime la relevancia de la gramática en el aprendizaje del idioma. Aunque el EC promueve una enseñanza más integradora y contextualizada, algunos críticos argumentan que la gramática sigue siendo un componente esencial que no debe ser completamente relegado por los usuarios de la lengua.
El análisis de los hallazgos ilustrados en la Tabla 2 relativas a la expresión oral en inglés, ofrece la visión integral de la trascendencia de esta habilidad en el estudio de lenguas. La literatura citada refuerza la idea de que la expresión oral es fundamental y que también está intrínsecamente relacionada con diversas dimensiones que abarcan la fluidez, la pronunciación, el discurso y la eficiencia al hablar. Se refleja una clara delineación de las dimensiones que estructuran la expresión oral. Autores como Nunan (1991), Golkova y Hubackova (2014) y Martínez (2020) establecen un marco que destaca cada dimensión como esencial para la comunicación. La identificación de la fluidez como la capacidad de organizar y expresar ideas sin temor (Thornbury, 2006) demuestra que el logro la confianza al hablar estimula la interacción.
La inclusión de la pronunciación como una dimensión resalta la importancia del sistema fonético del inglés. Ur (2012) y Thornbury (2006) destacan cómo la entonación, el ritmo, la pronunciación y el acento permiten la claridad del mensaje y su comprensión en un contexto social, evitando malentendidos en la comunicación. Además, la dimensión del discurso oral, muestra el reconocimiento de que la competencia comunicativa no puede reducirse a la mera gramática o vocabulario. Implementar un enfoque adaptativo a la comunicación, donde la coherencia gramatical y el uso del léxico adecuado son prioritarios (Ivanova et al., 2020), permite la interacción efectiva en un mundo multicultural y diverso.
La dimensión de eficiencia al hablar refuerza la idea de que la habilidad del hablante para usar estructuras gramaticales y vocabulario adecuados es indispensable para una comunicación precisa y efectiva (Thornbury, 2006; Cassany, Luna y Sanz, 1998). Este enfoque integrado contribuye a la formación de hablantes competentes en un idioma que deben ser capaces de expresarse con claridad y adaptarse a diferentes situaciones comunicativas.
El análisis de la expresión oral como una habilidad básica para la comunicación ofrece significativos aportes al campo de la enseñanza del inglés. La identificación de sus dimensiones fundamentales proporciona un marco útil tanto para la teoría como para la práctica en la enseñanza de idiomas.
CONCLUSIÓN
La investigación desarrollada destaca la importancia del EC en la enseñanza de la expresión oral en el entorno de la universidad. A través de la implementación de actividades interactivas, el método comunicativo ha demostrado su eficacia para perfeccionar la fluidez y la capacidad de los alumnos para establecer la comunicación de modo efectivo en inglés.
Además, el estudio resalta que la expresión oral, considerada una de las capacidades relevantes en el aprendizaje de lenguas, requiere un enfoque integral que incluya la práctica constante y la retroalimentación constructiva. A través de la práctica de acciones similares a situaciones reales de comunicación, se logra que los alumnos de la Universidad Nacional del Callao superen sus limitaciones al hablar, aumentando su confianza y capacidad de participación en discusiones en grupo e individual.
Aunque el método comunicativo ha mostrado resultados positivos, se necesita reconocer que su implementación enfrenta desafíos específicos en el contexto peruano, como la diversidad de niveles de habilidad entre los estudiantes y la infraestructura limitada en algunas aulas. Consiguientemente, se sugiere continuar investigando sobre la adaptación de este enfoque a las realidades locales, así como explorar estrategias que integren las características culturales y lingüísticas de los alumnos en diferentes contextos.
















