INTRODUCCIÓN
A lo largo de su evolución histórica, la educación en su conjunto, y en especial la educación superior, ha experimentado una serie de transformaciones y desafíos, impulsados por las cambiantes necesidades y expectativas de la sociedad (Matienzo, 2020). Estos factores han ejercido presión sobre las instituciones educativas, instándolas a ajustarse a las demandas emergentes que caracterizan el complejo entorno del siglo XXI.
El panorama educativo ha sido continuamente moldeado por una serie de fuerzas socioeconómicas, tecnológicas y culturales que han llevado a la educación a un estado de constante adaptación. Este proceso no es estático, ya que la educación se ve impulsada por un imperativo fundamental de satisfacer las demandas cambiantes de la sociedad. Como resultado, las instituciones educativas han tenido que evolucionar para ofrecer programas y enfoques pedagógicos que reflejen las necesidades de una sociedad en constante cambio.
En la actualidad, el siglo XXI presenta desafíos únicos, marcados por la revolución tecnológica, la globalización, la diversidad cultural y las preocupaciones ambientales (Coria, 2021). Estos cambios exigen que la educación superior se adapte y se transforme para preparar a los estudiantes de manera efectiva en un mundo interconectado y en constante evolución (Hernández y Cruz, 2020). Además, la pandemia de COVID-19 ha acelerado la necesidad de adoptar modalidades educativas más flexibles y tecnológicamente avanzadas (Sánchez et al., 2021).
Hasta hace un tiempo atrás, en el ámbito de la educación en Perú, era una práctica común que los estudiantes adquirieran grandes cantidades de conocimiento mediante la memorización. Este enfoque pedagógico requería que los alumnos se esforzaran en almacenar una cantidad significativa de información a través de un proceso mental intensivo y de concentración. Lamentablemente, este método, que implicaba una inversión significativa de tiempo y esfuerzo por parte de los estudiantes para retener la información, a menudo presentaba obstáculos cuando se trataba de recuperar y aplicar esos datos en la resolución de problemas que se relacionaban con su entorno y contexto educativo.
Este enfoque tradicional de la educación, centrado en la memorización, planteaba desafíos sustanciales para los estudiantes (Delgado et al., 2023). Se enfocaba en la acumulación pasiva de datos, sin necesariamente promover un profundo entendimiento o habilidades críticas. Los estudiantes estaban obligados a recordar información de manera aislada, lo que limitaba su capacidad para aplicar ese conocimiento de manera efectiva en situaciones prácticas y contextos del mundo real (Darling-Hammond et al., 2021).
En el contexto de los enfoques de aprendizaje mecanicista, que se centraban en la mera repetición y memorización de datos, el estudiante desempeñaba un papel pasivo, actuando como un receptor pasivo de información (Tiffer, 2022). El propósito principal de esta metodología era preparar al estudiante para responder a exámenes o pruebas, lo que se asemejaba a lo que el educador brasileño Paulo Freire (1980) denominaba "educación bancaria". Bajo este enfoque, la educación se concebía como un depósito de conocimiento en el que el estudiante era el recipiente pasivo.
En la época actual, se han llevado a cabo numerosas investigaciones que resaltan la relevancia del aprendizaje significativo. En este contexto, (Torres, 2019) ha propuesto la necesidad de adoptar una concepción del aprendizaje que difiere en gran medida de los métodos de enseñanza tradicionales basados en la transmisión de conocimientos. Esta perspectiva promueve una educación que empodere al estudiante y lo posicione como un protagonista activo en su proceso de aprendizaje. En lugar de simplemente recibir información, se enfoca en permitir que el estudiante reconstruya y asimile conceptos, integrándolos de manera significativa en sus estructuras de pensamiento.
En este enfoque educativo, se busca cultivar habilidades de pensamiento crítico y fomentar la capacidad de los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo real. En última instancia, se trata de preparar a los estudiantes para ser aprendices activos y autónomos a lo largo de toda la vida, capaces de adaptarse a situaciones cambiantes y de contribuir de manera efectiva a su entorno y a la sociedad en general. Este cambio en la concepción del aprendizaje es fundamental para una educación más relevante y orientada hacia el desarrollo integral de los individuos.
En esta línea, la teoría clásica del aprendizaje significativo ofrece un enfoque pedagógico que se centra en la generación de experiencias educativas profundamente significativas (Cañaveral et al., 2020). Su esencia radica en fomentar un proceso de enseñanza y aprendizaje en el cual los estudiantes no solo adquieren información, sino que le asignan un valor intrínseco y establecen conexiones personales con el conocimiento. Esta teoría, que se originó en el siglo XX y fue presentada por el destacado psicólogo y pedagogo David Ausubel en la década de 1960, ha seguido siendo relevante a lo largo del tiempo y ha sido respaldada por varios académicos, como Moreira en 2017 y Arias en 2001.
En consecuencia, el propósito central de este artículo es abordar de manera integral los conceptos fundamentales relacionados con el aprendizaje significativo y explorar su relevancia en el contexto educativo contemporáneo, con un enfoque específico en el ámbito de la educación superior. Para lograr esto, se ha emprendido una revisión sistemática para un análisis profundo y retrospectivo de los pilares esenciales de esta teoría pedagógica.
METODOLOGÍA
En este artículo, se realizó una revisión reflexiva centrada en el análisis del concepto de "aprendizaje significativo" en la educación superior. Para asegurar un enfoque riguroso y sistemático, se comenzó definiendo criterios de inclusión y exclusión, los cuales permitieron seleccionar materiales relevantes. Se incluyeron estudios publicados en los últimos diez años, artículos revisados por pares, capítulos de libros especializados, y tesis académicas directamente relacionadas con el aprendizaje significativo en el ámbito de la educación superior. Por otro lado, se excluyeron fuentes no académicas, artículos que abordaran el tema de manera tangencial, y documentos anteriores a 2013.
A continuación, se diseñó y ejecutó una estrategia de búsqueda exhaustiva en bases de datos académicas reconocidas como Scopus, Web of Science, ERIC y Google Scholar. Se utilizaron términos clave como "aprendizaje significativo", "educación superior", y "teoría de Ausubel", aplicando operadores booleanos y filtros específicos para asegurar la pertinencia y actualidad de los estudios seleccionados.
Una vez identificados los documentos, se aplicaron los criterios de inclusión y exclusión, lo que resultó en una selección final de los estudios más relevantes. Estos fueron clasificados temáticamente en categorías como conceptualización del aprendizaje significativo, aplicaciones en la educación superior, y críticas y limitaciones del enfoque. La clasificación facilitó una estructuración organizada de la revisión.
Posteriormente, se realizó un análisis crítico de los estudios seleccionados, evaluando su relevancia, solidez metodológica y contribución al tema. Este análisis permitió identificar tendencias en la investigación, lagunas en el conocimiento existente, así como áreas de consenso y debate en la literatura.
Finalmente, se llevó a cabo una síntesis reflexiva integrando las perspectivas teóricas y empíricas identificadas. Se reflexionó sobre las implicaciones de estos hallazgos para la práctica educativa en la educación superior, sugiriendo posibles aplicaciones y proponiendo líneas de investigación futura. Este enfoque metodológico permitió construir una base sólida para la discusión del tema y formular conclusiones fundamentadas en una revisión rigurosa de la literatura existente.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
Definiciones de aprendizaje significativo
El aprendizaje significativo, propuesto por el psicólogo David Ausubel, se refiere a un proceso en el cual los nuevos conocimientos se integran de manera sustantiva con la estructura cognitiva existente del individuo. Esto implica que el aprendizaje se produce cuando el nuevo contenido tiene relevancia y se relaciona con el conocimiento previo del estudiante, promoviendo la comprensión profunda (López y Soler-Gallart, 2021).
Asimismo, Joseph Novak, quien contribuyó al desarrollo de la teoría de mapas conceptuales, define el aprendizaje significativo como el proceso mediante el cual los individuos organizan y estructuran su conocimiento, estableciendo conexiones significativas entre conceptos (Cárdenas, 2021). Esto se logra al relacionar activamente la nueva información con su estructura cognitiva preexistente.
Por otra parte, Jerome Bruner enfatiza que el aprendizaje significativo se opone al aprendizaje memorístico. Sostiene que el aprendizaje debe centrarse en la comprensión en lugar de la memorización (Chunga et al., 2020). La educación se vuelve significativa cuando el estudiante puede relacionar el nuevo contenido con lo que ya sabe y puede aplicarlo de manera efectiva en situaciones relevantes.
También, el psicólogo Lev Vygotsky destaca la importancia de la interacción social en el aprendizaje significativo. Establece que, el aprendizaje se produce a través de la zona de desarrollo próximo, donde un individuo aprende con la ayuda de una guía más experimentada. Este proceso de aprendizaje colaborativo implica que el conocimiento nuevo se integra de manera significativa en el contexto cultural y social del estudiante (Camarillo, 2020).
Asimismo, Jean Piaget, conocido por su teoría del desarrollo cognitivo, concibe el aprendizaje significativo como un proceso en el cual los individuos construyen activamente su conocimiento a través de la asimilación y la acomodación. Los nuevos conceptos se integran en estructuras mentales existentes, lo que promueve un entendimiento profundo y significativo (Ruesta y Gejaño, 2022).
Singularidades del aprendizaje significativo
David Ausubel destaca que el aprendizaje significativo ocurre cuando los nuevos conceptos se relacionan de manera relevante y lógica con el conocimiento existente en la estructura cognitiva del individuo (Moreira, 2020). Esto implica que la nueva información se conecta de manera activa con lo que ya se sabe.
La teoría de Ausubel se basa en la idea de la "estructura cognitiva", que representa la organización de los conceptos en la mente de un individuo (Castro et al., 2022). El aprendizaje significativo implica la ampliación y la mejora de esta estructura cognitiva, asegurándose de que los nuevos conocimientos se integren sinérgicamente en el esquema mental existente.
Joseph Novak propone que el conocimiento se organiza en una estructura jerárquica, donde los conceptos se agrupan de acuerdo con su nivel de generalidad o especificidad (Olivo, 2021). Esta jerarquía refleja la relación entre significados más amplios (superordinados) y conceptos más específicos (subordinados). Esta organización jerárquica permite que el aprendizaje sea más eficaz, ya que los conceptos se integran en un sistema coherente y lógico.
Novak desarrolló los mapas conceptuales como una herramienta para visualizar y representar la estructura del conocimiento (López, 2021). Un mapa conceptual muestra cómo la información se relaciona entre sí, con nociones claves en la parte superior e ideas más específicas ramificándose a partir de ellas. Estas conexiones visuales ayudan a los estudiantes a comprender cómo los conceptos se integran y a identificar relaciones significativas.
Jean Piaget subraya que el aprendizaje significativo implica la construcción activa del conocimiento (Abad, 2022). Los individuos asimilan y acomodan nuevos conceptos en sus estructuras cognitivas existentes, lo que promueve un aprendizaje profundo y duradero. Según la teoría de Piaget, el proceso de construcción activa del conocimiento implica dos procesos clave: asimilación y acomodación (Bravo et al., 2022). La asimilación es la incorporación de nueva información en las estructuras cognitivas existentes del individuo (Azar, 2023). La acomodación implica la modificación de esas estructuras cognitivas para acomodar la nueva información. Este proceso de adaptación constante es esencial para la construcción activa del conocimiento.
Por otra parte, Lev Vygotsky resalta la importancia de la interacción social y la colaboración en el aprendizaje significativo (Andrade, 2023). Los estudiantes pueden aprender de manera más efectiva cuando trabajan en conjunto con un guía más experimentado, lo que les permite alcanzar su "zona de desarrollo próximo" y asimilar conocimiento de manera significativa. Vygotsky introdujo el concepto de "andamiaje" para describir el apoyo que un guía o instructor brinda a un estudiante en la ZDP. El andamiaje implica proporcionar orientación, apoyo y estructura para ayudar al estudiante a avanzar en su aprendizaje. A medida que el estudiante gana competencia, el andamiaje se ajusta y disminuye gradualmente.
Asimismo, La teoría de la autodeterminación de Ryan y Deci sugiere que el aprendizaje significativo se relaciona con la motivación intrínseca, donde los estudiantes se sienten impulsados por su interés genuino en el tema, en lugar de por recompensas externas (Shafaq et al., 2021). Para fomentar el aprendizaje significativo y la motivación intrínseca, los entornos de aprendizaje deben ofrecer oportunidades para que los estudiantes tomen decisiones, ejerzan su autonomía y se involucren activamente en el proceso de aprendizaje (Mellado, 2023). Esto puede incluir actividades de resolución de problemas, proyectos basados en intereses personales y la promoción de la autorregulación.
La teoría de la autodeterminación se basa en la idea de que la satisfacción de tres necesidades psicológicas básicas es esencial para el desarrollo de la motivación intrínseca. Estas necesidades son la autonomía (sentirse en control de sus acciones), la competencia (sentirse competente en lo que hacen) y la relación (sentirse conectado con otros) (Beltrán et al., 2020). Cuando estas necesidades se satisfacen, los individuos experimentan una mayor motivación intrínseca.
Para Edgar Dale la aplicación de lo aprendido en situaciones reales y significativas implica la capacidad de transferir y utilizar el conocimiento en contextos prácticos (Gamarra et al., 2023). El "cono de la experiencia" de Edgar Dale representa gráficamente la relación entre diferentes métodos de aprendizaje y su efectividad. En la parte superior del cono se encuentran métodos de aprendizaje pasivo, como la lectura o la escucha, que tienden a tener una menor tasa de retención (Tahisin et al., 2021). A medida que uno se mueve hacia la parte inferior del cono, se encuentran métodos de aprendizaje más activos y participativos, como la práctica y la enseñanza a otros, que promueven una mayor retención y aplicación del conocimiento.
La habilidad de aplicar el conocimiento en situaciones prácticas es esencial para la preparación de los estudiantes para la vida y la carrera. Los empleadores valoran a los individuos que pueden utilizar sus habilidades y conocimientos de manera efectiva en entornos laborales y situaciones de la vida cotidiana. Por lo tanto, la promoción de la aplicación práctica del conocimiento es crucial en la educación contemporánea.
La educación superior y el aprendizaje significativo
El aprendizaje significativo en la educación superior es un enfoque pedagógico que se centra en la comprensión profunda y la aplicación activa del conocimiento por parte de los estudiantes. Este enfoque promueve una mayor participación, autonomía y relevancia en el proceso de aprendizaje. A medida que las universidades adoptan herramientas digitales y tecnologías educativas, el aprendizaje significativo también ha evolucionado en este entorno.
El aprendizaje significativo fomenta una comprensión profunda de los conceptos en lugar de una memorización superficial (Ferreira et al., 2019). Los estudiantes pueden relacionar el nuevo conocimiento con lo que ya saben, lo que facilita la retención a largo plazo y la aplicación del conocimiento (Balletbo y Quintana, 2022). Las herramientas digitales permiten la evaluación formativa, lo que significa que los estudiantes pueden recibir retroalimentación continua sobre su progreso. Esta retroalimentación les ayuda a comprender y aplicar el conocimiento de manera más efectiva (Victores et al., 2021).
La personalización del aprendizaje es un enfoque educativo que se ha visto fortalecido por el uso de tecnologías educativas en los últimos años. Permite que los estudiantes tengan una experiencia de aprendizaje más adaptada a sus necesidades individuales, lo que a su vez facilita la comprensión y la aplicación significativa del conocimiento. Esto no solo facilita una mejor comprensión del material, sino que también promueve una aplicación más significativa del conocimiento en una variedad de contextos y situaciones del mundo real. La personalización del aprendizaje es un enfoque valioso que aprovecha la tecnología para mejorar la calidad y la efectividad de la educación
El tránsito por los niveles previos a la formación superior, como la escuela secundaria, es una fase crucial en la preparación de los estudiantes para sus estudios en la educación superior. Durante este período, los alumnos adquieren una base de conocimientos que abarca diversas áreas del saber, y este conocimiento acumulado se convierte en una base fundamental que les permite abordar de manera más efectiva los estudios profesionales. La educación secundaria no solo se trata de la adquisición de información; también implica el desarrollo de habilidades cognitivas importantes. Los estudiantes aprenden a razonar, a analizar información, a resolver problemas y a comprender principios lógicos. Estas habilidades cognitivas son esenciales para la formación en la educación superior, donde se espera que los estudiantes puedan abordar conceptos abstractos y realizar razonamientos lógicos.
El hecho de que exista consenso entre los autores de la literatura sobre las carencias en la investigación del aprendizaje significativo en distintos niveles educativos es un punto importante que señala áreas de mejora en la pedagogía y la formación. Estas carencias pueden estar relacionadas con varios factores, y es fundamental abordarlos para avanzar en la promoción del aprendizaje significativo (Baque y Portilla, 2021).
La aplicación inadecuada de los principios del aprendizaje significativo en los procesos de enseñanza y aprendizaje, tanto en el ámbito escolarizado como universitario, es un problema que afecta la calidad de la educación en muchos lugares (Suárez y Chasis, 2022). Esta situación se manifiesta en varios aspectos, y es importante entender cómo esta falta de aplicación adecuada de los principios del aprendizaje significativo puede tener un impacto negativo en la calidad de la educación.
Uno de los principios fundamentales del aprendizaje significativo es relacionar el contenido con la realidad del estudiante (Jiménez y Mendoza, 2023). Cuando los procesos de enseñanza-aprendizaje carecen de esta conexión con la vida cotidiana y las experiencias del estudiante, el aprendizaje se vuelve menos significativo. Los estudiantes pueden percibir que el conocimiento no tiene relevancia para sus vidas, lo que afecta su motivación y compromiso.
La educación superior ocupa un lugar crucial en la etapa final de la educación y es un puente importante hacia la vida profesional y laboral de los estudiantes. Por lo tanto, es fundamental cuestionarse sobre la naturaleza y el propósito de la formación superior, así como su impacto en la sociedad. La universidad no solo es un lugar de adquisición de conocimientos, sino también un espacio para la formación de ciudadanos y profesionales que pueden contribuir de manera significativa al progreso y la transformación de la sociedad. Esto implica no solo adquirir conocimientos y habilidades técnicas, sino también desarrollar un sentido de responsabilidad cívica y social.
En la actualidad, se observa un cambio significativo en la forma en que las universidades de América Latina están abordando la educación superior. Este cambio se refleja en la adopción de enfoques más interdisciplinarios, humanos, críticos y reflexivos, que están más en sintonía con la realidad de los países de la región. Este cambio representa una respuesta a las necesidades cambiantes de la sociedad y se basa en las contribuciones de pensadores y teóricos de la educación latinoamericana.
La interdisciplinariedad implica la colaboración y la integración de diversas disciplinas académicas para abordar problemas complejos y cuestiones de relevancia social (Alcivar y Zambrano, 2021). Las universidades están reconociendo cada vez más la importancia de este enfoque para abordar los desafíos contemporáneos. Esto significa que los programas académicos están diseñados para fomentar la colaboración entre diferentes facultades y áreas de estudio, lo que permite a los estudiantes abordar problemas desde múltiples perspectivas.
Por este motivo, la necesidad de una educación superior que esté alineada con las demandas sociales, culturales y económicas actuales es innegable. En este contexto, es crucial que las universidades proporcionen a los estudiantes las herramientas necesarias para que puedan reconstruir y expandir sus conocimientos a partir de sus vivencias previas. Para lograr esta transformación en la formación superior, es esencial que los docentes cambien su perspectiva y enfoque hacia el estudiante, considerándolo como un ser humano con un cúmulo de experiencias y conocimientos previos que son el resultado de su relación con el entorno.
CONCLUSIÓN
La teoría del aprendizaje significativo ofrece principios valiosos que son altamente aplicables en el contexto de la educación superior. En este enfoque, el conocimiento previo que los estudiantes aportan a la clase desempeña un papel fundamental para alcanzar un aprendizaje profundo y significativo. Además, el material de aprendizaje juega un rol preponderante, ya que proporciona las pautas necesarias para que los estudiantes puedan establecer conexiones significativas entre lo que ya saben y el nuevo contenido. Esta dirección, que va más allá de la mera transmisión de información, es esencial para fomentar un aprendizaje significativo y duradero en la educación superior. Evitar la mera repetición de información es crucial para que los estudiantes adquieran una comprensión profunda y puedan aplicar el conocimiento de manera efectiva.
Además, es importante destacar que los aportes de la teoría del aprendizaje significativo tienen el potencial de desempeñar un papel fundamental en la creación de modelos pedagógicos innovadores. Estos modelos tienen el poder de revitalizar y transformar los enfoques pedagógicos tradicionales, lo que a su vez puede tener un impacto significativo en diversos aspectos de la sociedad, incluyendo lo social, lo político, lo económico y lo cultural. Esto refleja la capacidad de la teoría del aprendizaje significativo para inspirar un cambio educativo más profundo y, en última instancia, para contribuir a la mejora de la sociedad en su conjunto. Evitar la repetición de métodos pedagógicos obsoletos es esencial para desencadenar estas transformaciones significativas en la educación y más allá.
La búsqueda de una educación de alta calidad y orientada hacia el humanismo, que tenga la capacidad de formar individuos conscientes, responsables, con iniciativa y la habilidad de pensamiento crítico, requiere que seamos capaces de reconocer y valorar las diversas esferas de conocimiento durante el proceso de formación de cada persona. Sin embargo, es importante destacar que, a pesar de las ventajas de la teoría del aprendizaje significativo, existen limitaciones en términos de estrategias pedagógicas claramente definidas y efectivas para su implementación.
Por lo tanto, es esencial que se abra un espacio de discusión y debate en el que se pueda considerar seriamente la implementación metodológica de este enfoque. Esto implica un compromiso de los educadores, las instituciones formativas y los responsables de políticas educativas para desarrollar estrategias que permitan aprovechar plenamente el potencial del aprendizaje significativo. Al evitar simplemente seguir enfoques pedagógicos convencionales, podemos avanzar hacia una educación más efectiva y enriquecedora que cumpla con los objetivos de formar ciudadanos más críticos, reflexivos y autónomos.














