INTRODUCCIÓN
La educación que reciben los estudiantes es cada vez más compleja, porque, a través del protagonismo en su formación se logra el progreso de competencias y aptitudes, iniciándose con el desarrollo de las IM en cada uno de ellos. Pero, no todos desarrollan las mismas competencias; pues, no todos aprenden del mismo modo y en condiciones semejantes (González y Pardo, 2018).
En esa situación compleja, la presunción de las IM desempeñan un rol notable, proporciona la ejecución de métodos novedosos, estimulantes, integradores y creativos para que “los estudiantes construyan su conocimiento, acercándose más al potencial creativo que poseen desarrollando o activando otras inteligencias que les permiten desarrollar habilidades, capacidades, destrezas y tener una mayor interrelación con las personas que le rodean y consigo mismo” (Suárez, Maíz y Meza, 2010, p. 89), todo ello, para instituir propósitos, aplicar funciones, así como para solucionar dificultades de carácter inquebrantable (Romero, 2020). En su sentido más amplio, la inteligencia representa la capacidad cerebral por la cual se logra penetrar en la comprensión de las cosas adoptando el mejor camino; la formación de ideas, el juicio y el razonamiento son habitualmente señalados como actos esenciales de las inteligencias y como la facultad de comprender. Sin lugar a dudas, la inteligencia no constituye sólo un elemento neurológico aislado e independiente del ambiente, sino que es compleja por esencia.
Por ello, es relevante que no se deje de lado la asociación de “la ética y los valores como elementos del desempeño competente, la necesidad de la práctica reflexiva, la importancia del contexto cultural” (Sarsarabi y Soroiri, 2016, p. 1480), y pueda formarse de acuerdo a las necesidades y expectativas que requiera la sociedad y el mundo. Es más, urge la necesidad de respetar la eminencia de progreso y la disposición específica, procedente de la dotación orgánica de cada estudiante. Porque las IM por medio de metodologías activas, permiten que el alumno trabaje en grupo y complemente su aprendizaje “no solo respetando su aprendizaje, sino también el del resto del grupo, teniendo una evolución del conocimiento de forma constructiva y participativa” (González, 2017, p. 89).
Por otro lado, Rojas, Aliaga y Gómez (2021) afirman que las IM se relacionan en varios aspectos del asunto de enseñanza como con la creatividad, así por ejemplo en la inteligencia musical es preponderante en los estudiantes, al tener mayores índices de creatividad musical en los diferentes géneros y formas musicales; “los estudios de conservatorio pueden influir positivamente en el desarrollo tanto de la inteligencia física y kinestésica, como de la inteligencia musical” (Athanassopoulos y López, 2017, p. 59); proporciona la motivación intrínseca en “las matemáticas presentan un alto porcentaje en emociones positivas (confianza y tranquilidad), en ciencias naturales manifiestan emociones positivas como alegría, confianza, tranquilidad y satisfacción” (Gómez, Lucas, Bermejo y Rabazo, 2018, p. 221), los estudiantes de traducción de alto nivel, con altos niveles de inteligencias interpersonales y visuales espaciales, fueron mejores en la traducción de textos técnicos (Mostafavi, Akbari y Masoominezhad, 2012); “existe un vínculo potencial de las habilidades emocionales sobre el bienestar individual y la felicidad subjetiva” (Fernández y Extremera, 2007, p. 183).
Así mismo, las IM poseen una correspondencia efectiva reveladora con el producto académico de los alumnos, están interconectadas y admiten uno al otro durante su desempeño (Raissi y Zainali, 2016), se apoyan mutuamente durante la actuación (Shahzada, Khan, Islam y Faqir, 2014). Por tanto, son construcciones interrelacionadas con el ambiente de instrucción, habilidades de estudio y logros académicos que están correlacionados significativamente de manera positiva (Tobar, Carabalí-Banguero y Bonilla, 2020).
En ese sentido, se define a las IM como distribuciones organizadas de la mente y marchan por un itinerario fijado por los aspectos enérgicos y endebles de las estudiantes a lo largo de su vida. Esas inteligencias se presentan en distinto orden desde la perspectiva de Howard Gardner (1999). En primera línea, la inteligencia lingüística, es la capacidad de usar las palabras de manera efectiva al escribirlas o hablarlas (Gardner, 1999). Esa inteligencia es la comprensión más registrada en la instrucción de un idioma extranjero; debido a que, comprende la lecto-escritura, el oír, y el conversar; las personas que seleccionan esa inteligencia no poseen problemas al expresar, al instruir, al perpetuar, al persuadir ni al imitar. Además, incluye la habilidad en el uso de la sintaxis, la fonética, la semántica y los usos pragmáticos del lenguaje como la retórica, la mnemónica, la explicación y el metalenguaje (Sandoval, González y González, 2015).
En segunda instancia, la inteligencia lógico-matemática, es la competencia para utilizar los dígitos efectivamente y para inferir bien. “Esa capacidad constituye un elemento central para la resolución de problemas, y resulta esencial en el desarrollo y fortalecimiento del razonamiento, la deducción y en general el pensamiento abstracto” (Méndez, 2014, p. 41). Es más, esa inteligencia se relaciona con el nivel de inteligencia general, es decir, “el éxito académico general y el éxito, o fracaso, escolar en matemáticas” (Lynn y Mikk, 2009, p. 306). En una tercera etapa, la inteligencia espacial, reside en constituir un patrón intelectual del universo en tres extensiones. De manera que, “es la inteligencia que tienen los marineros, los ingenieros, los cirujanos, los escultores, los arquitectos, o los decoradores” (Gardner, 1999, p. 38).
Como cuarto momento, la inteligencia musical, es la melodía que tiende a ser concebida como resultado y como intermediaria. Por un lado, es una finalidad en sí misma, ya que provoca goce y recreación, siendo a la vez una forma para la producción de variadas ayudas, debido a que son diversos y efectivos los resultados que se han confirmado en el adestramiento musical que logra poseer en el progreso de la razón, y por efecto, en la entonación de la actuación (Ayesha y Khurshid, 2013). La música, está generalmente en la tradición del individuo como género, evidenciando en el transcurrir de los años ser esencial en la existencia de los individuos (Shaikh, Khan y Wakpainjan, 2016). En efecto, varios de los grandiosos filósofos e intelectuales de la historia hacen mención a la música a manera de componente primordial en la formación. En ese sentido, todas las culturas y civilizaciones han utilizado el poder del sonido con fines expresivos, mágicos, curativos y religiosos, antes incluso de la utilización del lenguaje.
En quinto lugar, la inteligencia kinestésico-corporal, según Fonseca (2002) es el “movimiento creativo, excursiones, pantomima, uso de imágenes kinestésicas, software de realidad virtual, actividades físicas, uso de lenguaje corporal, experiencias y materiales táctiles, dramatizaciones, danzas, ejercicios de relajación, son herramientas didácticas, recursos y materiales” (p. 52), lo cual potencializa esta inteligencia. El régimen del movimiento físico se sitúa en la corteza de los motores, con cada parte del cerebro dominante o controlando los desplazamientos físicos en el lado contralateral (Romero, Cueva y Barboza, 2014).
Como sexto lugar, se presenta a la inteligencia interpersonal que se concibe desde la razón que posee una persona de sus habilidades y restricciones, la capacidad de distinguir con veracidad quiénes realmente son, cómo están y qué se pretende, permitiendo entender a los demás (Escoda, Silvente y Alegre, 2019). En sétimo lugar, existe la inteligencia intrapersonal que, “es la capacidad de comprender los propios sentimientos y motivaciones. Esas dos inteligencias están separadas del uno al otro” (Brualdi, 1996, p. 29). Empero, producto de su precisa agrupación generalizada en casi todas las sociedades, comúnmente están emparentados evidentemente.
En octavo, se presenta la inteligencia naturalista que es la que otorga la habilidad de las personas para diferenciar entre los entes vivos, asimismo, como sensibilidad a otras particularidades del universo de la naturaleza (Ubago-Jiménez, Viciana, Pérez-Cortés, Padial y Puertas, 2018). Finalmente, está la inteligencia emocional, quien desde la perspectiva de Belykh (2018), destaca que para afrontar con triunfo el campo profesional, es ineludible una educación integral que comprenda sapiencias académicas y destrezas socioafectivas, individuos plenos y mano de obra efectiva. Es la destreza para observar, entender, confrontar y regular las conmociones particulares y la de los otros (Tobar et al., 2020).
Toda sociedad está en una batalla constante por medio de la ciencia para salir de un proceso común y mecánico de desarrollo (Huanca-Arohuanca, 2022a; 2022b; Yana-Salluca, Adco-Valeriano, Alanoca-Gutierrez y Casa-Coila (2022). Sin embargo, el propósito elemental del progreso es extender las autonomías de las personas en un asunto que logra difundir las aptitudes individuales una vez que aumenta las facultades utilizables para que el ser humano tenga una existencia plena y que admiten proceder empleando los saberes precedentes para solucionar nuevas dificultades en contextos inéditos (Ramos, 2017; Zambrano, 2018).
En esa medida, “las competencias deben ser adquiridas, respetadas y aplicadas a todo ser humano y que sitúan a las personas como fines en sí mismos y no como medios para los fines e intereses de otras personas” (Nussbaum, 2012, p. 37). Por lo tanto, es propicio enfatizar que la institución educativa tiene que respaldar un desarrollo armonioso de los alumnos a manera de que se instituya en un lugar favorecido de progreso y creatividad. Según Sanz y Serrano (2016) “no deben ser adquiridas de manera mecánica y repetitiva; deben ser el fruto de una educación que fomente el pensamiento autónomo y reflexivo de los académicos” (p. 15). No es cuestión de colmar todo con sapiencias, sino de encender la llama del deseo de aprender y construir capacidades incluso más fluidas si se comparten valores, normas y un marco institucional común (Christer y Acevedo, 2016), puesto que ellas serán el sostén para ser efectivo en el hacer y para el aprovechamiento de las sapiencias.
Finalmente, es incuestionable la contribución de la proposición de las inteligencias compuestas a la formación, donde los primordiales garantes son los educadores que resuelvan formar o interesarse en este asunto, en que concurran al colegio para realizar y transformar la actividad académica en forma agradable, entretenida y ventajosa (Mesa, 2018). Una alternativa es la utilización del IAMI-M40 (Inventario de Autoeficacia para IM) que logra contribuir con información ventajosa para precisar las particularidades y requerimientos de los educandos, “que permitirá diseñar e implementar, programas de intervención dirigidos a mejorar la educación integral y programas de acción tutorial dirigidos a la mejora de los procesos de autoconocimiento y toma de decisiones académico-vocacionales del alumnado” (Cejudo, Losada y Pérez 2017, p. 12) y lograr la habilidad para resolver un problema. Razón por la cual, el manuscrito tiene por objetivo establecer la correspondencia entre las IM y el desarrollo de las competencias básicas de los alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA.
MÉTODO
La investigación se desarrolló en el departamento de Puno, en la provincia y distrito del mismo nombre ubica al sur de Perú. El ámbito de estudio está centrado en los alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA. El estudio fue abordado bajo el enfoque cuantitativo de tipo descriptivo-correlacional (Huanca-Arohuanca, Sapana, et al., 2021; Huanca-Arohuanca, Asqui, et al., 2021; Huanca-Arohuanca et al., 2020; Huanca-Arohuanca y Geldrech, 2020; Huanca-Arohuanca, 2020; Lipa et al., 2021), ya que se busca determinar el grado de relación que hay entre las variables inteligencias múltiples y competencias básicas de los alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA. Para ello se contó con una población de 8204 estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y una muestra determinada a partir de la fórmula para muestras representativas de poblaciones finitas planteada por Sierra (2008), con un margen de error de 5%, quedando la muestra representada por 382 alumnos, luego de aplicar la fórmula referida, la cual se describe a continuación:
n= (4.N.p.q)/(E^2 (N-1)+4.p.q)
Donde:
n: Tamaño de la Muestra.
N: Tamaño de la Población.
p: Probabilidad de Éxito = 50%.
q: Probabilidad de Fracaso = 50%.
E2: Error de Selección por el Investigador.
4: Constante
La recolección de la información se realizó mediante un instrumento tipo cuestionario, el cual fue validado y se determinó su confiabilidad, obteniendo un factor de Alfa de Cronbach equivalente a 0.86. Para el procesamiento de los datos, se utilizó la prueba de normalidad de Kolmogórov-Smirnov con la que se determinó que los datos no se ajustan a una distribución normal, por lo que, para establecer la relación entre las variables se utilizó la prueba no paramétrica de correlación Rho de Spearman (Sánchez y Reyes, 2015). El software utilizado fue el Statistic Package for the Social Sciences (SPSS) versión 24.
Por otro lado, se elaboró un baremo, especificado en la Tabla 1 que sirvió para interpretar los resultados arrojados del programa estadístico SPSS, estableciendo tres rangos en medias aritméticas y las categorías: alta, media y baja, para ambas variables.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos de los valores promedio de IM en los estudiantes de acuerdo al instrumento aplicado se muestran en la Tabla 2, donde se visualiza que de las inteligencias analizadas cuatro se encuentran por encima de la media general, lo cual refiere que los estudiantes tienen más desarrolladas las inteligencias: musical, kinestésico-corporal, lingüística y espacial.
De las cuatro inteligencias más desarrolladas, las dos primeras se encuentran altamente desarrolladas según el baremo establecido; en ese sentido, las inteligencias restantes se encuentran en el rango medio acompañadas de otras cinco que alcanzaron medias por encima de 1. Las inteligencias lógico-matemática y emocional están presente en un nivel bajo. En cuanto al promedio general de la variable, éste resultó en 1,54 lo que indica que las inteligencias múltiples de los estudiantes tienen un nivel de desarrollo medio.
Las competencias básicas de los estudiantes, se encuentran por encima de la media aritmética, lo cual indica que todas las dimensiones estudiadas se han ejecutado de manera positiva y sistemática con respecto a al promedio de la variable.
En la Tabla 3 se aprecia que cuatro de las nueve competencias analizadas en los estudiantes resultaron por encima de la media general (1,38) y de acuerdo con el baremo dos de ellas (Creatividad y Trabajo en equipo) están altamente desarrolladas en los alumnos de acuerdo al baremo, mientras que otras cuatro competencias resultaron medianamente presentes en los estudiantes. Los resultados también muestran que competencias como: resolución de problemas, evaluación y análisis de información se encuentran en un nivel bajo, lo que podría ser cónsono con el área de estudio que desarrollan. En cuanto al promedio general de la variable, el resultado de 1,38 señala que las competencias básicas tienen un nivel medio de desarrollo en los alumnos.
Desde cualquier ángulo que se dé a la interpretación a las pruebas de normalidad de las inteligencias múltiples y las competencias básicas manejados por los estudiantes, estas no coexisten. De modo que, la relación es poco probable y no encuentra sentido hacia una u otra variable establecida.
Los resultados de la tabla 4 confirman que los datos obtenidos no se ajustan a una distribución normal, debido a que el p vapor resultó menor que 0,05; por lo tanto, se utilizó estadística no paramétrica para los análisis correspondientes a la relación entre las variables inteligencias múltiples y competencias básicas. Finalmente, se empleó la prueba de correlación no paramétrica Rho de Spearman para establecer la posible relación entre las variables de la investigación.
A partir de verificación establecida entre la variable inteligencias múltiples y las competencias básicas, se infiere una relación considerable que, sin lugar a dudas viabiliza la investigación y optimiza la interpretación del mismo.
Se puede visualizar en la tabla 5 que, la relación entre las variables es positiva y muy fuerte ya que el R=0,812 (Hopkins, 2014). Así mismo, el valor de significancia p<0.05 indica que dicha correlación es estadísticamente significativa con un nivel de confianza de 95%. Lo anterior, demuestra que las inteligencias múltiples intervienen en el desarrollo de las capacidades primordiales de los alumnos.
Discusión
Los resultados evidencian que concurren importantes relaciones entre las inteligencias múltiples y el desarrollo competencias en diferentes áreas, lo cual es sustentado en la teoría planteada por Howard Gardner (1999) cuando refirió que las IM se emplean en cualquier contexto en que se tenga que solucionar una dificultad y las personas lo conciben de diversas formas. Eso puede explicar en parte los resultados obtenidos, ya que los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales muestran competencias en función del área de estudio que desempeñan. Es más, las IM mostradas por los estudiantes coinciden en parte con los presentados por Ayesha y Khurshid (2013) al señalar que los estudiantes obtuvieron un nivel medio de desarrollo en las inteligencias kinestésica, espacial, naturalista y lógico-matemática y un nivel alto para las inteligencias musical, lingüística, interpersonal e intrapersonal, lo que se atribuye al área de estudio que en su caso era medicina, la cual permitió el desarrollo de inteligencias específicas al mismo tiempo que requiere de estudiantes con ciertas habilidades.
Así mismo, el estudio de Ramos, Chiva y Gómez (2017), reporta que las competencias más avanzadas en las obras de texto, son las proporcionadas al modelo de inteligencia lingüística, no sólo porque son principalmente perfeccionadas en el manual de lengua, sino porque igualmente emergen radiantes en la parte de manuales de diferentes áreas, el cual resultó en una relación muy significativa, ya que, guarda correspondencia seguida entre las IM y las inteligencias lingüísticas.
En ese sentido, Athanassopoulos y López-Fernández (2017) señalan en su investigación que, los individuos que desarrollan la inteligencia musical alcanzan una elevada competencia de aplicación, concentración y serán competentes para detectar los procedimientos de manera asertiva, trabajando emociones conscientes e inconscientes que afloran con ella y a través de ella. Adicionalmente los autores referidos señalan que, el tipo de estudio que lleven a cabo los estudiantes influirá en las competencias que éstos adquieran y que el nivel de influencia será mayor o menor dependiendo de habilidades de cada estudiante. De igual manera, Kul (2015) expresa que se trata de aprender no sólo para saber, sino también para saber hacer, para saber utilizar los conocimientos en el tiempo de decidir sobre medidas y en el instante de resolver situaciones nuevas complicadas. Por su parte, Raissi y Zainali (2016) y Gómez et al. (2018) indican, en sus estudios que, las IM facilitan la aplicación de estrategias novedosas, activando otras inteligencias que les permiten desarrollar competencias básicas en los estudiantes, así como una mejor interrelación con todos y poder resolver problemas de forma permanente.
Está claro que, la contribución de la proposición de las IM en la formación y la aceptación de la responsabilidad como docentes que intermedian en el transcurso del progreso de competencias en los alumnos es fundamental. Por ello, para explorar la presencia de inteligencias diferentes, se presume discurrir en recursos variados para cada forma de enseñanza, porque no todos aprenden del mismo modo y en condiciones semejantes (Gardner, 1999). Cada inteligencia enuncia una competencia que aplica de arreglo con sus oportunos operaciones, regímenes y medidas, y presenta sus oportunas plataformas orgánicas.
CONCLUSIONES
Las IM intervienen en el progreso del desarrollo de competencias básicas en los educandos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA, debido a que las mismas realizan un aporte meritorio en la adquisición de las capacidades primordiales de los alumnos y es adaptable a cualquier ámbito educativo, en todos sus niveles académicos. Incluso se puede desarrollar de forma gradual, así como el proceso de comprensión lectora; en pleno proceso de acción. Sin embargo, según la evidencia encontrada concordamos que aún los docentes tienen la tarea de seguir trabajando en la implementación de esta teoría como modelo educativo en beneficio de los educandos en el transcurso de su educación integral.