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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.56 La Paz mayo 2025  Epub 31-Mayo-2025

https://doi.org/10.53287/twzj2520nj79r 

APORTES

Alain Touraine en la sociología boliviana*

Alain Touraine in Bolivian sociology

1Carrera de Sociología, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia E-mail: eduardo.pazrada8@gmail.com


Resumen

En este documento, resultado del Seminario de Homenaje a Alain Touraine, realizado en la carrera de Sociología de la UMSA, se aborda centralmente el asunto de la influencia de su pensamiento y su investigación acerca de los movimientos sociales en Bolivia a través de los aportes asimilados y aplicados a los procesos sociales y políticos de Bolivia. Al tiempo de señalar los antecedentes de la sociología en Bolivia y el contexto nacional e internacional, se presentan también los aspectos relevantes y renovadores de la teoría accionalista, de la intervención sociológica y los modos de trabajo de los sociólogos en su relación con los actores colectivos desde la perspectiva del conflicto social y de la historicidad de la sociedad y de la acción histórica, en debate y diálogo con otras corrientes de la sociología.

Palabras clave: Accionalismo; movimientos sociales; intervención sociológica; actores colectivos; historicidad

Abstract

In this document, the result of the Seminar in honor of Alain Touraine, held at the Sociology Program of UMSA, the central focus is the influence of his thought and his research concerning social movements in Bolivia, through the contributions that have been assimilated and applied to Bolivia’s social and political processes. While outlining the background of sociology in Bolivia and the national and international context, the document also presents the relevant and innovative aspects of actionalism theory, sociological intervention, and the working methods of sociologists in their relationship with collective actors, from the perspective of social conflict, the historicity of society, and historical action, in debate and dialogue with other currents of sociology.

Keywords: Actionalism; social movements; sociological intervention; collective actors; historicity

INTRODUCCIÓN

Cuando se realizan balances y estados de la cuestión de la sociología en Bolivia resultan coincidentes las posiciones en las cuales se advierte que el inicio de la utilización de la acepción en los ámbitos académicos de “sociología” en las aulas universitarias, como advierte Salvador Romero Pittari, se produce a principios del siglo veinte en el contexto del ascenso y fortaleza del Partido Liberal y de sus principales dirigentes como referentes intelectuales.

Esta manera de incorporar las ideas positivistas y liberales está preñada de un darwinismo social racista, excluyente y marcado por un orden social, económico y cultural en el cual los indios eran considerados inferiores e incapaces de ser considerados ciudadanos frente a lo cual también emergen las corrientes anarquistas y socialistas.

No es casual que los referentes del pensamiento dominante sean Gabriel René Moreno o Alcides Arguedas, quienes tienen como esquema de análisis las categorías de supremacía racial y cultural de los blancos en relación a la mayoritaria población de indios que habitan Bolivia y que fueron enajenados de sus territorios, recursos y trabajo desde los tiempos de la conquista y la colonia y que perduran durante la consolidación de una República señorial oligárquica.

A su vez, los trabajos intelectuales de Bautista Saavedra, “el primer sociólogo boliviano”, van a abordar los temas del ayllu y la comunidad, así como los problemas de la democracia, abriéndose posteriormente un abanico de nuevos aportes como los del propio Arguedas, Franz Tamayo, Tristan Marof, Carlos Medinacelli o José Antonio Arze, quienes desarrollan trabajos ensayísticos y literarios sobre la realidad social boliviana.

Se podría afirmar que se trata de la proto-sociología o de una sociología espontánea que luego se afirmará con los aportes de las corrientes nacionalistas con Carlos Montenegro y Augusto Céspedes; marxistas como Guillermo Lora, en la versión trostkista, y José Antonio Arze y Ricardo Anaya, en la versión stalinista, o indigenistas e indianistas como Elizardo Pérez o Fausto Reynaga.

EMERGENCIA DE LA SOCIOLOGÍA UNIVERSITARIA

Ya en la segunda mitad del siglo veinte aflorarán los aportes de René Zavaleta Mercado y Sergio Almaraz Paz, quienes van a significar una ruptura en el pensamiento social con sus aportes de los años cincuenta y sesenta en torno a la formación social boliviana, la cuestión nacional, la conciencia nacional y la liberación nacional, sobre la base de investigaciones históricas circunscritas a temas ideológicos, políticos, económicos, de recursos naturales y del contexto de la división internacional del trabajo y la condición semicolonial del país.

En la década de los sesenta, en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) se fundará la Sección de Sociología, que luego se convertirá en Facultad de Sociología y finalmente, en los setenta, con una universidad intervenida por la dictadura militar, en carrera de Sociología. Aquí, y en un periodo de transformaciones y luchas sociales, políticas, religiosas y geopolíticas nacional e internacionalmente, se vislumbra ya una sociología académica con base universitaria, con bases teóricas y metodológicas más sistemáticas, coherentes y pertinentes.

La formación de los docentes y de los estudiantes de sociología en este periodo estará marcada, de manera dominante, por las corrientes del materialismo histórico, del marxismo en sus distintas vertientes de base europea y también por las corrientes funcionalistas y de la modernización de base norteamericana, con atisbos de los aportes propios de América Latina y el Caribe con las teorías del desarrollo, de la dependencia y de la revolución.

En este contexto, con la presencia dominante de las teorías funcionalistas y marxistas en los estudios de la Facultad de Sociología de la UMSA en los años sesenta y setenta del siglo pasado, se tuvo una súbita explosión cuando, en los años 1974-1975, a través de los profesores Salvador Romero Pittari y Fernando Calderón Gutiérrez, llegados recientemente de Francia, aparecieron las ideas, los conceptos, las teorías y las investigaciones de Alain Touraine con el impresionante y atractivo título de “la” teoría accionalista, acompañados de la concepción de la sociedad postindustrial, de la historicidad de las sociedades humanas y de la importancia de los nuevos movimientos sociales.

Eran tiempos de procesos extremos en Bolivia y en el mundo, como la aplicación de la doctrina de Seguridad Nacional, las movilizaciones estudiantiles, la guerra de Vietnam, la guerrilla del Che Guevara, la Asamblea Popular y su tesis socialista, los gobiernos nacionalistas de los generales Ovando y Torrez, el golpe militar de Hugo Banzer y el Plan Cóndor, la represión, el exilio y el asesinato de dirigentes políticos, sindicales, campesinos y estudiantiles o la intervención militar en las universidades.

HOMENAJE A ALAIN TOURAINE

A cincuenta años de la llegada de su pensamiento al país, el fallecimiento del sociólogo francés Alain Touraine, ocurrido el pasado mes de junio de 2023, ha impulsado la decisión de la carrera de Sociología de la UMSA de realizar un acto de homenaje a su obra, pensamiento, investigación y compromiso por desentrañar y profundizar el conocimiento de la realidad social en las abigarradas y complejas sociedades de América Latina.

La presencia personal de Touraine en Bolivia fue discontinua, menos intensa y extensa como ocurrió en Chile, Brasil, México o Argentina; sin embargo, ha sido a través de sus trabajos teóricos y de investigación y, sobre todo, a través de bolivianos y latinoamericanos que trabajaron con él, que se ha arraigado en el país y ha permitido que tenga una prolífica presencia intelectual y académica.

Compartir ahora este “Coloquio internacional: Alain Touraine y América Latina” con dos personalidades del campo académico e intelectual como son Francisco Zapata, profesor del Colegio de México, y Fernando Calderón, profesor de la universidad de Lanús, conocedores a profundidad de la obra y la personalidad de Touraine y cercanos a él en la experiencia del trabajo y la investigación, nos permitirá adentrarnos en lo más importante y profundo de su sociología. De mi parte, plantearé algunas reflexiones y testimonios en torno a la trayectoria de su pensamiento y su influencia en la sociología boliviana.

En una universidad intervenida y controlada por la dictadura de Banzer en los años setenta, en la memoria y en la preocupación universitaria boliviana se encontraban todavía latentes los acontecimientos del impactante movimiento estudiantil de Mayo de 1968 en Francia y de la Revolución Universitaria de 1970 en Bolivia, buscando respuestas y explicaciones al respecto.

En el marco de la reorganización del movimiento estudiantil en la UMSA y en las aulas de Sociología apareció el nombre de Alain Touraine, participante directo de la experiencia francesa del 68 en la universidad de Nanterre, y la recepción de sus propuestas teóricas y de investigación a través de Salvador Romero y de Fernando Calderón; ambos habían tenido al sociólogo francés como director de sus investigaciones de tesis de doctorado en la academia de ese país.

Romero había trabajado un tema sensible de la realidad social boliviana como es el de los movimientos campesinos en el periodo anterior a la Revolución Nacional de 1952 y su potencial de influencia en los procesos sociales y políticos que marcaron la historia posterior con la Reforma Agraria, en tanto que Calderón, luego de su experiencia de estudios en Chile, abordó con Touraine los temas relacionados a la acción colectiva y su potencial de orientar la historicidad de las sociedades humanas, como conceptos centrales de los estudios sociológicos, poniendo en el punto de crítica a las corrientes que ponían su mayor atención a las estructuras y los sistemas.

Las ideas, las investigaciones y los aportes de Alain Touraine se van a convertir en referencias muy importantes para estudiar las realidades de América Latina y el Caribe, en debate y diálogo con el marxismo y el estructural-funcionalismo y las versiones más avanzadas de la teoría de la modernización y de las transiciones culturales, sociales y de la personalidad; la teoría de la dependencia y las teorías de la revolución.

LA INTERVENCIÓN SOCIOLÓGICA

El interés y la atención a los aportes de Touraine fueron aumentando con la difusión de sus trabajos sobre la autoproducción de la sociedad, sobre las características de la sociedad postindustrial, sobre el trabajo y sus transformaciones, sobre los movimientos sociales y la fundamental intervención sociológica y sobre sus investigaciones relacionadas con la realidad social, política y económica en Brasil y Chile. En este último país Alain Touraine había tenido una larga estadía, fue donde se casó y donde vivió la experiencia del gobierno del socialismo democrático de Salvador Allende y el sangriento golpe militar encabezado por Augusto Pinochet en septiembre de 1973. Estas experiencias lo marcaron aún más en su interés y relacionamiento con América Latina.

Una buena parte de sociólogos de los países de Sudamérica y Centroamérica, muchos investigadores y profesores universitarios, fueron expulsados, exiliados o migraron hacia Europa y México. En este último país se instalaron y desarrollaron varios discípulos de Touraine y difundieron su concepción accionalista y los conceptos y categorías de investigación y análisis de la sociedad y su metodología de trabajo.

La intervención sociológica se presentaba como una renovación teórica fundamental en la investigación y en la práctica sociológica en torno a los nuevos movimientos sociales -también a los clásicos- porque permitía encontrar el punto preciso para no caer en la sociología de escritorio o en la torre de marfil de los estudios sobre las sociedades, por una parte, ni en la militancia directa y abierta bajo el membrete de compromiso político y social de la sociología, por otra.

En ese sentido, esta metodología de trabajo ayudó muchísimo a identificar el lugar específico de la investigación sociológica, manteniendo una cercanía, un diálogo directo, una observación participante y una experiencia inmediata con los protagonistas colectivos, productores reales de sustancia social, conservando, al mismo tiempo, la distancia necesaria para la reflexión, el estudio y la producción sociológica. Asimismo, era posible generar, en el diálogo, elementos y criterios de autoanálisis, identidad y orientación de los propios sujetos históricos.

Los trabajos, investigaciones y aportes de Touraine de los años sesenta y setenta fueron insumos importantes para entender el momento histórico-social boliviano del periodo de lucha por la democracia y por las perspectivas de la misma, tomando en cuenta que la resistencia popular a la dictadura de Banzer había conseguido su derrota y se enlazaba con la fortaleza que adquirían los movimientos sindicales, campesinos, urbano-populares, universitarios, de trabajadores y de otros sectores, la histórica Central Obrera Boliviana (COB), o la emergencia de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), de los movimientos kataristas, en sus formas comunitarias, políticas y sindicales para impulsar propuestas de sociedad.

Y no fueron pocos los procesos vertiginosos, desde 1975 a 1986, que marcaron, a sangre y fuego, huelgas, marchas, movilizaciones, enfrentamientos, luchas, avances, triunfos y derrotas sociales. Basta con referirse a las acciones clandestinas de resistencia; a la huelga de hambre de mujeres mineras de 1977, que se convirtió en una fuerza social y popular irresistible que consiguió la amnistía general y la conquista de la democracia y los derechos básicos de la población; el levantamiento de noviembre de 1979 de obreros y campesinos contra el golpe militar de “Todos Santos”; nuevamente la resistencia a la dictadura de García Meza hasta la segunda reconquista democrática de 1982; las movilizaciones y huelgas contra la crisis económica y financiera de los años de la Unidad Democrática y Popular (UDP); la implementación del neoliberalismo con el Decreto 21060; la represión y los Estados de Sitio, hasta la “Marcha por la Vida” reprimida en Ayo-Ayo por las Fuerzas Armadas en 1986.

Las investigaciones y los trabajos que se fueron realizando y publicando en esos años ochenta y noventa tenían, directa o indirectamente, la influencia de la sociología tourainiana.

La publicación, en la revista Estado y Sociedad, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Bolivia, de trabajos como la investigación pionera de Godofredo Sandoval sobre los movimientos sociales de marzo a septiembre de 1985 y de 1986 titulada “Las mil caras del movimiento social boliviano” destaca nítidamente para la comprensión de los procesos políticos y sociales de la UDP, primero, y del MNR-ADN, después.

Está el aporte de Francisco Zapata de 1987 sobre “El nuevo carácter de los Movimientos Sociales en América Latina”, en el cual plantea que las luchas sociales se identifican con actores sociales centrales de campesinos, obreros, estudiantes y clases medias planteando tipologías de formas de movilización -armada, institucional y no institucional-, contextos -con Estado fuerte o Estado débil- y dimensiones de estudio -dirección, composición e ideología- de los movimientos sociales, tanto en su sentido estructural como en su sentido dinámico.

Simultáneamente, Fernando Calderón va a reivindicar, desde una postura crítica, la tesis de que la sociedad no es una estructura estática y corresponde poner énfasis en el estudio de la acción colectiva para efectivamente adentrarse en lo procesual de lo social en América Latina, publicando títulos como “La política en las calles” o “La fuerza histórica del campesinado”.

En la ponencia presentada en Lima “Los movimientos sociales frente a la crisis”, Calderón va a sostener que lo que existe en América Latina es un abanico de movimientos sociales: multicolores, multiformes y heterogéneos con antiguas y nuevas prácticas y orientaciones, generando tipos sindicales, urbano-populares, campesinos, de género, derechos humanos o generacionales tendiendo, de acuerdo a sus propias características nacionales, luchas por modernización, industrialización o liberación nacional.

Se publican también estudios sobre los aportes teóricos de Alain Touraine realizados por Salvador Romero, poniendo énfasis en el sistema de acción histórica y el lugar de los movimientos sociales como agentes de transformación y cambio, como sujetos que permiten explicar el paso de un ordenamiento de sociedad a otro y la centralidad de la acción colectiva para determinar las perspectivas dinámicas de la sociedad. Romero enfatiza en el aspecto sociológico de comprender cómo opera la acción de la sociedad sobre sí misma; la sociedad como producto de su propia acción, capaz de cambiar su funcionamiento y de crear sus propias orientaciones.

En esos años, en la misma perspectiva de buscar la comprensión de los movimientos sociales, se publican el trabajo de Silvia Rivera, Oprimidos pero no vencidos. Luchas del campesinado aymara y quechua, 1900-1980, y el de Javier Hurtado, El katarismo, importante estudio sobre la emergencia de este movimiento en Bolivia, originalmente presentado como su tesis de licenciatura en la carrera de Sociología de la UMSA.

LAS CONTRARREFORMAS SOCIALES

El fuerte impacto de las contrarreformas sociales y económicas conservadoras y neoliberales en Bolivia y América Latina de los años ochenta y noventa, en el marco de la globalización y la unipolaridad geopolítica regional y mundial, va a producir una serie de metamorfosis sociales con el aplastamiento de las organizaciones políticas y sindicales que fueron protagonistas históricas de importancia en el pasado.

Las ciencias sociales también van a sentir el impacto con la pérdida de vitalidad de las teorías generales, especialmente las de tradición marxista y también las de tradición académica, abriéndose un circuito de prevalencia de posiciones relativistas y de investigaciones etnográficas y de casos. El fin de la historia, la inutilidad de las teorías, el posmodernismo y la tesis de que todo conocimiento humano es igual de importante y significativo se convierten en axiomas dominantes.

Las preocupaciones del propio Touraine van a orientarse, principalmente en el contexto europeo, a problemas vinculados al debilitamiento de los lazos sociales, el impacto neoliberal, el poder financiero cada vez más agresivo y centralizado y las profundas reflexiones en torno a las bases y los horizontes de la modernidad, tan expuesta en ese momento a las versiones del fin de las teorías y de la historia y de la postmodernidad.

El Bolivia, las reformas de ajuste estructural, las privatizaciones, los despidos masivos de trabajadores mineros, ferroviarios, constructores y fabriles, entre otros, y el librecambismo establecido de manera radical produjeron fuertes efectos sobre las tradicionales organizaciones sindicales, incluida la COB, que perdió toda capacidad de movilización e interpelación nacional.

Muchos intelectuales y sociólogos de izquierda van a acomodarse al nuevo contexto político-ideológico, se alinearán al pensamiento neoliberal y globalista y se convertirán en voceros de los gobiernos de esa corriente.

Sin embargo, llama la atención que la influencia del método y la teoría de Alain Touraine mantienen una cierta continuidad en nuestro país y en la región debido, sobre todo, a su carácter histórico, abierto a nuevas manifestaciones y emergencia de actores sociales colectivos y a las disputas de las orientaciones y estrategias sobre los horizontes históricos de las sociedades y a las formas diversas y cambiantes que adoptan las identidades sociales, sus luchas, sus rivalidades y sus formas de inserción en la dinámica de producción y reproducción de las sociedades.

Allí se inscriben las investigaciones publicadas en los años noventa del pasado siglo en relación a nuevas formas, presencias, identidades y orientaciones de sujetos sociales y políticos que van a requerir de ser comprendidos en sus propias dinámicas y experiencias específicas como son Conciencia de Patria (Condepa), los movimientos indígenas de oriente y occidente, el fortalecido movimiento campesino, el Movimientos al Socialismo (MAS), los cocaleros, las mujeres campesinas Bartolina Sisa o los colonizadores.

La investigación de Joaquín Saravia y Godofredo Sandoval, Jacha Uru: la esperanza de un pueblo, en la carrera de Sociología de la UMSA, contiene aspectos de la matriz de los estudios de los movimientos sociales, al igual que Compadres al micrófono: la resurrección metropolitana del ayllu, de Rafael Archondo, que incorpora importantes aspectos de estudio relacionados a la comunicación y sus relaciones con la formación de movimientos sociales y políticos. Esta investigación fue citada por Manuel Castells, cercano colaborador de Touraine, en su libro La era de la información. También podemos hacer referencia a El palenquismo, movimiento social y populismo, de Hugo San Martín.

En el nuevo siglo, las reflexiones de Alain Touraine sobre América Latina y el Caribe van a centrarse en los nuevos sujetos sociales y sus prácticas sociales y políticas. Son los casos del Movimiento Zapatista en México, que va a generar muchas expectativas y la misma presencia de Touraine en actos de demostración masiva del zapatismo, aunque posteriormente va a manifestar su insatisfacción; sobre la emergencia política de Lula en Brasil, de manera similar, y en relación a Hugo Chávez y el movimiento bolivariano, va a adoptar una posición más crítica por su voluntarismo y sus inclinaciones y cercanías al proyecto cubano de Fidel Castro. Finalmente, en el mismo artículo, manifiesta su moderado optimismo por el proceso general de América Latina, el que deberá, según él, escapar tanto de las elites liberales como de la ilusión neocastrista.

LOS ESCRITOS SOBRE BOLIVIA

Las más recientes contribuciones del sociólogo sobre Bolivia y América Latina y el Caribe no han tenido mucha difusión; sin embargo, tienen una importancia especial en el marco de su original propuesta de estudio de los movimientos sociales.

Estas reflexiones Alain Touraine las presenta en su ensayo “Entre Bachelet y Morales”, publicado en la revista Nueva Sociedad, de septiembre-octubre de 2006, y, en el marco de sus planteamientos de que en América Latina no existe un lazo entre movimientos sociales y partidos políticos, el fracaso de la mezcla entre nacionalismo y populismo y de que la desigualdad limita el desarrollo de la democracia, destaca que el movimiento de Evo Morales ha desarrollado el modelo boliviano que se caracteriza por su radicalidad, nacionalismo y heroísmo y, a pesar de su fragilidad, muestra su lucha contra la desigualdad y por la democracia, concluyendo que “el futuro de América Latina depende de Bolivia”.

Diez años después, en un extenso Prólogo a la Antología esencial, de Fernando Calderón, publicado a finales de 2016, Touraine recorre y analiza nuevamente el proceso político y social latinoamericano y boliviano del siglo veintiuno. Se presentan aquí algunas puntualizaciones muy valiosas al respecto. Toma como antecedente que la dependencia colonial y luego la hegemonía británica y la de Estados Unidos no han permitido desarrollar Estados fuertes y que los actores sociales y su protagonismo son centrales para pensar y conocer la historicidad de la sociedad y la política, así como las estrategias a largo plazo.

Touraine señala que Bolivia demuestra una potencia social y política enorme, con la tradición de los mineros, y en la experiencia reciente las reacciones de rechazo y resistencia a la política liberal y la importancia que adquiere el movimiento indígena con Evo Morales y el establecimiento de los derechos indígenas en la nueva constitución política plurinacional. Reconoce la importancia del caso boliviano por los alcances y planteamientos de la Reforma Constitucional que crean espacios de libertad, dignidad humana y derechos humanos.

En América Latina, sostiene Touraine, se han manifestado líderes fuertes a lo largo de la historia, éstos han sido más fuertes que los partidos políticos y se debe esperar que los procesos se conduzcan hacia movimientos de liberación social y cultural de ciudadanos libres, como practica el Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil desde hace muchos años. Y añade que a los movimientos globales les corresponde impulsar y defender la subjetivación humana, la de los sujetos de derechos humanos universales, de libertad y de dignidad.

Este prólogo podría considerarse tal vez la última reflexión directa de Touraine sobre la situación y el proceso de los movimientos sociales en Bolivia, los mismos que han tenido, a través de sus enseñanzas y líneas teóricas y metodológicas, la posibilidad de ser analizados y estudiados con la distancia y el compromiso establecidos en la intervención sociológica.

Los estudios y análisis de Touraine de los últimos diez años se orientaron a la situación de la crisis económico-financiera del capitalismo internacional con un interés particular en sus efectos en Europa, manifestando en Después de la crisis, publicado en 2013, que el poder que han adquirido los grandes bancos y poderes financieros monopólicos han generado un desgarramiento en la sociedad a partir de la profunda crisis financiera de 2008, que se extendió y profundizó en Europa golpeando fuertemente a los trabajadores y a los jubilados. Plantea que es necesario rearticular los nexos sociales, apreciar la importancia de los sujetos sociales y la subjetivación humana para defender, sobre todas las cosas, los derechos humanos universales.

En este postrer y fundamental estudio de Alan Touraine sobre la sociedad contemporánea y sus desafíos, él presenta una referencia muy importante a las latinoamericanas y los latinoamericanos con quienes ha trabajado y en quienes se han desarrollado y profundizado los estudios de las ciencias sociales en y sobre América Latina, citando a María Luisa Tarrés, Francisco Zapata, Fernando Calderón, José Nun, Denis Sulmont y Manuel Garretón, señal indudable de su interés y preocupación por la sociedad, los movimientos sociales y por los sociólogos en nuestra región.

En este Coloquio Internacional, desde Bolivia, la UMSA y la carrera de Sociología manifestamos nuestro homenaje al maestro de la sociología y de la intervención sociológica, tan comprometido con la dinámica de los pueblos y las sociedades de América Latina y en particular de Bolivia.

* Ponencia presentada en el coloquio internacional “Alain Touraine y América Latina”, realizado el 21 agosto de 2023, en la carrera de Sociología de la Universidad Mayor de San Andrés. El coloquio fue organizado por el Instituto de Investigaciones Sociológicas “Mauricio Lefebvre” (IDIS-UMSA), la Dirección y los Consejeros de la Carrera de Sociología y el Centro de Estudiantes de la carrera de Sociología.

Declaro no tener ningún tipo de conflicto de interés que haya influido en mi artículo.

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