INTRODUCCIÓN
La caries dental es un problema de salud pública y tiene un tiempo silencioso de evolución, por lo que se detecta entre los 1 y los 4 años de edad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que entre el 60 % y el 90 % de los niños en todo el mundo sufren caries visibles. La Caries Temprana de la Infancia (CTI) es una forma severa y particular, es de carácter multifactorial, que afecta la dentición primaria de lactantes y niños preescolares. Además, constituye un serio problema a nivel mundial, siendo más prevalente en países en vías de desarrollo y subgrupos desprotegidos de países industrializados como inmigrantes, minorías étnicas o comunidades rurales, en quienes la prevalencia alcanza hasta un 70 %. Estudios hacen referencia que, en Chile, la prevalencia reportada varía desde un 7,8 % a un 88 %. El último reporte ministerial, en el año 2007, reveló una prevalencia de un 27 % a los 2 años y de un 48 % a los 4 años (1).
Por lo tanto, se considera una enfermedad de etiología multifactorial, que afecta a niños en su dentición; y se asocia a determinantes biológicos, conductuales y sociodemográficas. Es así que, el principal factor evidenciado es la fermentación de hidratos de carbono, por parte del streptococcus mutans, constituyente del biofilm bacteriano.
De acuerdo a la OMS, la caries en piezas temporales o de leche está presente en 520 millones de niños a nivel global. Asimismo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), indica que en Ecuador afecta a más del 90 % de los niños, de forma similar en Perú alcanza a un 98,84 % (2).
En la mayor parte de los países en vías de desarrollo, en el cual se incluye Bolivia, se evidencia constantemente un crecimiento de la urbanización y esto conlleva a modificaciones en el estilo de vida y a mantener o incrementar la prevalencia de patologías bucodentales, que pueden derivar de la exposición insuficiente al flúor, además de la accesibilidad y disponibilidad de alimentos cariogénicos y la afluencia insuficiente a servicios odontológicos en la comunidad (2).
El índice CPO-D se utiliza desde 1930 y mide la caries en la dentición permanente. Sus iniciales significan: dientes (D) con caries (C) perdido por caries (P) y obturados (O). La suma de estas tres posibles condiciones determina el índice CPO-D de un individuo. La aplicación de este índice en un grupo o población deberá contar con un denominador que será el número total de individuos examinados. El Índice CPO-D = C+P+O dividido entre el número de individuos.
Para la dentición temporal se emplea una variación de este índice ceo-d, se excluyen los dientes ausentes debido a la dificultad para determinar si su ausencia se debe a la caries o al proceso natural de exfoliación de los dientes deciduos. (c) es diente temporal cariado, diente temporal con extracción indicada (e) y (o) diente temporal obturado, del cual resulta el índice de ceo (5).
Para realizar la Interpretación y cuantificar el grado de severidad de los resultados del Índice ceo y CPO-D se sigue criterios definidos por la Organización Mundial de la Salud OMS - OPS; 0.0 a 1.1 Muy Leve; 1.2 a 2.6 Leve; 2.7 a 4.4 Moderado; 4.5 a 6.5 Severo y 6.6 a > Muy Severo (6).
La necesidad del estudio, se afianza en la poca evidencia de reportes sobre las piezas dentarias con caries, extracciones, obturaciones, en escolares de municipio de Colcapirhua, el cual es un grupo susceptible y de alto riesgo a enfermedades buco dentarias; además de la poca importancia que se da al cuidado en la dentición temporal, permanente y que estos pueden repercutir en un futuro en la calidad de vida.
Por lo tanto, la finalidad del estudio fue determinar el índice de CEO-d y CPO-d en escolares del municipio de Colcapirhua, Cochabamba (7).
METODOLOGÍA
El trabajo de investigación se desarrolló en el marco del enfoque cuantitativo, los diseños corresponden a descriptivo, observacional, de cohorte transversal y prospectivo. La población de estudio corresponde a 3.448 niños y niñas en edad escolar de 6 a 11 años, que formar parte de las unidades educativas del municipio de Colcapirhua en la gestión 2019; la técnica utilizada fue la observación, los datos fueron recolectados por medio de materiales odontológicos, espejo y explorador. Donde se va revisando desde el molar superior del lado derecho al lado izquierdo del maxilar superior y después del molar lado izquierdo al molar del lado derecho del maxilar inferior, el instrumento que permitió registrar los datos fue la ficha epidemiológica de levantamiento de índice de ceo-d y CPO-d. Se implementó los criterios de diagnóstico, registrándose en odontograma simultáneamente el estado de cada pieza dentaria. El análisis de los datos se desarrolló por medio de estadística descriptiva, reflejando medidas de tendencia central.
Formaron parte del trabajo escolar que mostraron colaboración y cuyos padres firmaron la carta de consentimiento informado.
RESULTADOS
El trabajo comprendió una población de estudio (tabla 1) de 3.383 escolares con una distribución mayor para los varones 50,5 % (n=1708) y para mujeres 49,5 % (n=1675). Hubo mayor distribución en los varones de 8 años y menor distribución en las mujeres de 10 años.
La prevalencia de caries, según ceo-d para la población total (figura 1), fue de 64,8 % (n=2192) y el restante fueron sanos 35,2 % (n=1191). Hubo una mayor prevalencia (tabla 2) en varones 51,4 % (n=1127) que en mujeres 48,6 % (n=1065).
Con respecto a piezas dentarias con caries (C), extraídas (E) y obturadas(O) (tabla 3), se puede evidenciar que las piezas con caries en los niños de 6 años están presentes en un 27,2 % (n=1511) siendo el más alto y 3,5 % (n=193) a los 11 años en menor proporción; es similar 27 %(n=1436) a los 6 años en las niñas y la edad con menos frecuencia de caries 2,4 %(n=129) es a los 11 años. En cuanto a las extracciones en niños, el dato más elevado está a los 6 años 22,5 %(n=250) y en menor proporción está a la edad de los 9 años; en las niñas se evidencia el mayor porcentaje a los 8 años 27,2 % (n=310) y en una proporción menor a los 11 años 3,6 % (n=42). En relación con las obturaciones (O), con mayor frecuencia 28,8 % (n=475) se da a los 8 años de edad en los varones y en las niñas a los 7 años 23,7 % (n=326).
El índice de ceo-d, obtenido con la sumatoria total de piezas con caries, extracciones y obturaciones, divididos por el total de la población, se tiene (tabla 4) datos referenciales de acuerdo a la edad. Donde se puede observar, el grupo de varones a los 6 años tuvo mayor índice 7,1 en comparación de otras edades y respecto a las mujeres, donde el índice más alto se registró de 6,4 a los 7 años.
Referente al índice de CPO-d (tabla 5), se evidencia que se tiene cantidades de piezas dentarias comprometidas en ambos sexos, pero existe mayor cantidad de caries(C) y obturaciones(O), en el sexo femenino en relación con el sexo masculino que evidencia mayor número de piezas pérdidas (P). Resultando que el índice de CPO-d en niños es 2,6 y 2,7 en niñas.
DISCUSIÓN
La prevalencia de caries dental reportado en el estudio es 66,8 % siendo menor en relación con el promedio nacional 85 % (8). En un estudio en Chile se reporta una prevalencia de 49 % (9). El sexo más afectado fueron los varones.
Se puede evidenciar que la caries (C), es similar en para ambos sexos respecto a las proporciones de acuerdo a la edad y sexo; resaltar que las mayores proporciones se encuentran a una edad más temprana, 6 años, y se muestra una tendencia de disminución hasta llegar a los 11 años de edad. En este contexto considerar aspectos específicos de los hallazgos, donde se evidencia que las mujeres presentan mayores, pero no significativas proporciones de caries respecto a los varones.
Respecto a los resultados se encuentra un estudio similar realizado en Ecuador donde indica que la prevalencia de caries en el grupo de 6 a 12 años fue de 62 %, la severidad de caries (ceo-d +CPO-d) fue de 2,80 y la edad más afectada fue los 9 años (9,10).
Respecto a las extracciones (E), las niñas tienen más extracciones en las edades comprendidas entre 7 a 9 años de edad, mientras que en los niños inicia más tempranamente 6 años y tiene el mismo comportamiento en los próximos años. Mientras que las obturaciones (O), en las mujeres se ejecutan más tempranamente a la edad de los 7 años respecto de los niños 8 años.
Respecto al índice de CPO-d para la población de estudio se tiene en general 2,7 correspondiendo a un grado de severidad moderado y de ceo 4,7 reportando un grado severo, según los parámetros establecidos por la OMS/OPS. En Bolivia los datos del 2015 hacen referencia que el índice de CPO-D a nivel nacional fue 4,6 y ceo 7,2; a partir de ello, la meta propuesta en el Plan Sectorial de Desarrollo Integral para Vivir Bien 2016- 2020, se planteó alcanzar un indicador ceo de 5.0 (Severo) y el CPO-D de 3.0 (Moderado), logrando de esta manera cumplir las metas trazadas por el Programa Nacional de Salud Oral para el año 2020. Por lo tanto, con relación al estudio se puede concluir haciendo referencia que se ha alcanzado la meta propuesta. Los resultados con referencia al departamental y municipal para ambos índices son positivos, porque se evidencia una mejora marcada. Mientras que un estudio en Perú, Lima refirió el promedio del índice ceo-d (6,60 ± 3,95) indica un nivel de severidad muy alto. Por lo tanto, los datos oscilen en el parámetro de severidad y más (8) ver tabla 6.
Por lo tanto, es saludable mostrar resultados que están verificando, metas propuestas; por lo menos así se evidencia en este grupo etario; sin embargo, es importante considerar que el reporte de CPO, en un estudio realizado en el mismo municipio para la edad de 12 años reporta 6.2 (severo) y 9.0 a los 17 años (muy severo). En este grupo, si fueran las mismas metas en el marco del Plan Sectorial de Desarrollo Integral para Vivir Bien 2016- 2020, se evidenciaría un resultado negativo (6).
Por lo tanto, se tendrá que desarrollar estudios, proyectos de intervención que puedan comprobar y contribuir a la salud oral de la población.
Las intervenciones a las afecciones de salud bucodental, es de un elevado costo y en la cobertura sanitaria para la población boliviana se tiene las prestaciones que coadyuvan en la salud bucal.
La literatura hace énfasis que las enfermedades bucodentales y en particular la caries tiene etiología multifactorial, es decir es producto de diversos factores de riesgo en su mayoría modificables y prevenibles, como el factor dietético (consumo de alimentos cariogénicos, higiene deficiente y determinantes sociales y comerciales). Por lo tanto, el reto es el trabajo multisectorial entre distintas entidades relacionadas en el ámbito de educación y salud. Solo así se podrá aunar los esfuerzos y frenar estás afecciones bucodentales y evitar en un futuro problemas que suman a la salud pública, que puede traducirse en malnutrición por deficiencia o exceso, problemas de aceptación personal, etc. (7).