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Punto Cero
versión impresa ISSN 1815-0276versión On-line ISSN 2224-8838
Punto Cero v.11 n.13 Cochabamba 2006
Presentación
Consejo Editorial
No es novedad que la comunicación, la facultad que ha permitido al género humano sobrevivir y trascender a su propio entorno, es transversal a todos los actos que éste realiza. Más reciente es el reconocimiento que ha adquirido este campo como factor o elemento de investigación imprescindible en cualquier fenómeno social, cultural, político, económico, o todos estos, y muchos más. Las interrelaciones que esta disciplina experimenta con otras áreas del conocimiento reflejo de las múltiples dimensiones que intervienen y re-crean nuestro transcurso vital exigen a éstas, cada vez más, para la comprensión del intrincado sistema social y sus vicisitudes, la presencia y manifestación de recursos comunicativos como herramientas científicas.
Sin embargo, traspasando y desarticulando esta perspectiva, el comunicador social es, quizás, el único investigador que, por su formación académica, ve en cada suceso su origen comunicativo y aplica cognitivamente otras ciencias a fin de explicar sus circunstancias. Para éste, la comunicación deja de ser un instrumento de la realidad instrumento de análisis para ser, en sí, generadora de la realidad el fundamento en el que reposan el escenario, el contexto, los eventos y las particularidades de cualquier acto. Pero, del mismo modo, el comunicador sabe que una investigación desde la comunicación no puede abstraerse de las demás ciencias sociales, o por lo menos de alguna distinta a ella. Es un campo científico que necesita de otros estudios sociales para ser aprovechado (una forma diferente de interdisciplinariedad), porque, finalmente, la facultad comunicativa se subordina a la necesidad de sociabilidad humana, que puede ser expresada en mil facetas disímiles.
Esta distinción metodológica (una ruptura con el imaginario predominante) la comunicación como centro del hecho social, que no afecta el modo, las características o la existencia efectiva del fenómeno, que sólo ocurre en la mente del investigador de esta área, produce una visión especial en el abordaje de lo sucesos acaecidos en la sociedad.
Si convenimos que los fenómenos comunicativos que se producen a gran escala tienen una relación directa, casi paralela, e interdependiente, con las más importantes transformaciones que experimentan los núcleos sociales, más aun con la preeminencia que en la actualidad gozan los medios de comunicación masivos, que son, en buena parte, generadores de situaciones y contextos, podremos vislumbrar cómo la investigación en comunicación así realizada ofrece conclusiones impensadas por otras disciplinas para elucidar respuestas prácticas a problemas reales y cotidianos, ya sea en nivel macro o micro.
En esta línea, la revista Punto Cero puede ser reconocida como una publicación científica que no olvida las implicaciones sociales propias de la actividad investigativa. Punto Cero intenta recoger en cada edición temas que conjuguen el trasfondo cultural, político o social, con rigurosos estudios y análisis en las diversas áreas de la comunicación, que emergen de las múltiples facetas de la sociabilidad humana mencionadas.
Así, el primer artículo que presentamos en esta publicación, la edición Nº 13 de Punto Cero, perteneciente al segundo semestre del año, corresponde a dos extensas investigaciones de Leonardo de la Torre Ávila. Bajo el título de Volveré para regar el campo, este texto resume los principales hallazgos de un trabajo que integra un análisis teórico sociológico agudo y el aspecto comunicacional de un fenómeno que en Bolivia ha adquirido demasiada trascendencia por su significación cultural, social y económica: la migración.
Este escrito es producto de una tesis de licenciatura en Comunicación Social, catalogada como la mejor a nivel latinoamericano, y una investigación subsecuente, realizada en varios años de estudio de los procesos migratorios transnacionales en el valle alto de Cochabamba. Concibe a éstos y su relación con el incremento de procesos productivos no tradicionales como una alternativa para la mejora de la calidad de vida en poblaciones rurales. Por lo planteado, se convierte en una lectura obligatoria para los investigadores sociales que circunden, principalmente, temáticas de desarrollo o migración.
A continuación, Sandro Velarde, en Bolivia: el conflicto cultural y la construcción de diferencias, explica cómo se erigen las diferencias políticas, sociales, culturales y comunicacionales que en nuestro país se experimentan. El ensayo no queda ahí, pues a partir de entender qué es cultura desde una perspectiva de glocalización, se sumerge en el terreno de las identidades para encontrar los factores que generan nuevas y mayores formas de diferencia y conflicto cultural.
Recordemos que hace trece años, Rosa María Alfaro proponía, a propósito de las identidades y las diferencias, que en nuestros países está profundamente asociada diferencia con desigualdad y no podemos desarrollar si no construimos nuevas relaciones de respeto y pluralidad . Bajo esta premisa, el trabajo de Velarde, escrito desde una mirada comunicacional y cultural, tiene suma relevancia en el contexto en el que Bolivia se encuentra, especialmente frente a la creciente fragmentación territorial y social que amenaza, incluso, a los fundamentos de nuestra nación.
Prácticas comunicativas de los adolescentes cochabambinos en la mensajería instantánea y su relación con la configuración de sus identidades individuales, de Ben Samuel Martínez Velásquez, está dedicada también al estudio de las identidades, pero orientada al espacio virtual que crea la tecnología de información y comunicación más potente, la Internet. Esta investigación, producto del quehacer académico impulsado por la carrera de Comunicación Social de esta universidad, explora sobre los usos, percepciones y repercusiones que experimentan los usuarios al utilizar la mensajería instantánea, con el propósito de acercar más al lector a la realidad de las nuevas TIC.
En este artículo, el autor pretende romper con posturas apocalípticas que suponen la destrucción de las identidades debido a la Internet, pero deja claro que los adolescentes, como pueden ejercer las diferentes identidades que tienen en la vida real en sus interacciones virtuales, también pueden crear en ellas identidades que actúen fuera de la red, con la única limitación que impone la necesidad de coherencia secuencial mientras se interactúa por la mensajería instantánea.
Punto Cero también presenta el problema de Ética, poder y subjetividad en las sociedades de la información estudiado por José Eduardo Rojas. El escrito analiza, partiendo de un cambio paradigmático sobre la ética, las relaciones de poder y el ejercicio de identidad(es), el campo comunicacional, los actores y los procesos subjetivos de las sociedades de la información.
Con bastantes ejemplos representativos (expresados en un lenguaje sustraído del uso de la Internet), Rojas expone las transformaciones que los espacios sociales experimentan por la presencia de las nuevas tecnologías de información y comunicación en la vida cotidiana, en sus dimensiones culturales, sociales y económicas. Así, la riqueza de las infinitas variaciones de la interacción humana en la red se evidencia, mientras se pone en debate el cambio epistemológico en la ética, los modelos de relaciones de poder, y la configuración y ejercicio de la subjetividad.
El quinto artículo de esta edición muestra el trabajo conjunto del Director de nuestra revista, Carlos Arroyo, en esta ocasión, junto a Rossana Zapata, quienes reflexionan sobre una cuestión siempre actual: Procesos electorales y libertad de expresión. Los alcances en el campo político de este fenómeno y, por tanto, de esta investigación demuestran, una vez más, el modo práctico en que un estudio de comunicación abordado de esta manera sirve a la sociedad día a día.
Este ensayo exhibe una conexión directa con las normas jurídicas y el Derecho, enlace posible gracias a Zapata y Arroyo y su rigurosidad científica, para examinar la libertad de expresión y los principios jurídicos de comunicación en procesos electorales, los ilícitos que se realizan y la responsabilidad de los medios durante periodos de campaña electoral. Por el contenido propuesto, este estudio tiene características de referente en el área de la Legislación de la Comunicación, especialmente en el entorno boliviano.
Con una relación muy estrecha a la preocupación conceptual del anterior artículo, y de la misma importancia y trascendencia, las colombianas Pamela Flores y Nancy Regina Gómez nos trasladan a ser testigos del Cubrimiento de elecciones presidenciales de 2006 en Colombia: ¿Invitando a la participación o promocionando una película? Su artículo estudia la forma en que se construyó el relato de la reelección presidencial de Álvaro Uribe en los noticieros televisivos, utilizando recursos narrativos que imposibilitaron una visión plural del universo político y, especialmente, de la oposición.
En momentos en que se esgrime a la democracia como un valor fundamental para los países latinoamericanos, esta contribución académica recuerda la interdependencia que existe entre los medios y la política, y que puede ser bien o mal utilizada. En este escrito, las autoras explican por qué esta manera de cubrir las noticias impide fortalecer la democracia y desarrollar en los ciudadanos la valoración del pluralismo político, basada en el respeto al derecho de ser diferentes.
Posteriormente, la investigadora brasileña María Terezinha da Silva aporta con un importante diagnóstico sobre el panorama del radialismo comunitario en Brasil. Gestión y mediaciones en las radios comunitarias. Un diagnóstico del Estado de Santa Catarina, sur de Brasil, recoge suficiente información para detectar cómo las emisoras locales contribuyeron a la formación del ejercicio de ciudadanía en el periodo 2003-2004.
El abordaje cualitativo de esta investigación da profundas pautas sobre los obstáculos que estas radios comunitarias experimentan en este proceso y, cómo el ejercicio de la ciudadanía acontece más por una acción colectiva en el proceso de gestión de la emisora. Si bien las circunstancias en las que ocurre este fenómeno difieren territorialmente, se pueden notar notables similitudes con las situaciones que rodean a la mayor parte de servicios radiales comunitarios en el ámbito sudamericano.
Finalmente, Henry E. Mendoza Bermúdez resalta a Los eventos como vehículos de información organizacional y, bajo la premisa de que en Bolivia las organizaciones han olvidado las potencialidades de instrumentos orientados hacia la comunicación grupal, Mendoza revaloriza a los eventos como técnicas efectivas para lograr una correcta comunicación entre las organizaciones y sus clientes inmediatos.
El autor, con amplia experiencia en Relaciones Públicas, detalla también cómo deben planificarse estos eventos para lograr alto impacto en los públicos. El artículo desarrolla su mensaje de una manera que se convierte en una guía práctica para los estudiantes y profesionales de esta área de la comunicación.
Nótese que todos los problemas abordados por estas investigaciones surgen, precisamente, de la realidad que nos rodea, y ninguna persona puede escapar a ésta. Se puede pretender que no existen, creer que no existen, no verlas; pero están ahí. Nosotros abogamos porque todas las intervenciones en comunicación tengan un objetivo social que cumplir (con distingo de las connotaciones políticas-ideológicas que esta palabra ha adquirido), un problema que resolver, y no necesariamente un macro problema.
Los medios de comunicación, en Bolivia, informan sobre diferentes crisis y dificultades que experimenta, a su manera, cada sector o grupo social, o varios cuando están enfrentados, o, incluso, todos y el cuadro es igual en los demás países latinoamericanos. Por ejemplo, nuestras noticias dan cuenta de la migración continua, la intromisión política en los poderes del Estado u otros órganos autónomos, en la Asamblea Constituyente; la corrupción, la crisis económica, etc., que son macro problemas. Sin embargo, también por ejemplo, al interior de las organizaciones igual existen discordancias, malgasto de recursos y comunicación ineficaz que pueden ser resueltos desde la comunicación social.
Estos hechos debieran ser motivadores de precisas investigaciones académicas que enriquezcan el análisis que tiene la comunicación como área científica. Por esto, es necesario agradecer a quienes aportan y aportarán al mantenimiento de esta revista con sus estudios y trabajos, pues permiten que pongamos en debate temas que construyen y mejoran nuestra sociedad, acercando a nuestros lectores, ojalá no sólo estudiosos, intelectuales o académicos, a la diversa realidad en que estamos inmersos.
La riqueza y validez de la investigación social centrada en la comunicación es un mecanismo que puede ayudar a comprender mejor estos fenómenos, proponiendo soluciones parciales o liderando el quehacer académico de otras disciplinas para encontrar soluciones totales.
En este sentido, creemos que esta edición de Punto Cero recoge con fidelidad estos postulados y sigue con su línea orientada hacia el desarrollo plural, hacia la democratización de la comunicación y hacia el respeto de las diferencias.