INTRODUCCIÓN
En los últimos años, la evaluación ha formado parte del proceso educativo porque los métodos pedagógicos modernos, en los que el aprendizaje basado en habilidades es un privilegio, son considerados como un eje de formación que contribuye a mejorar la efectividad del aprendizaje de los estudiantes y beneficia a los docentes. Del mismo modo, la implementación de actividades de evaluación formativa se considera esencial para el desarrollo de las habilidades de los estudiantes dentro del marco general, basado en la retroalimentación y el estímulo.
La evaluación formativa se dirige en el concepto de aprendizaje constructivista que estructura el conocimiento a través de las actividades educativas que realizan los estudiantes. La evaluación formativa, entendida así, es el proceso mediante el cual un docente identifica los errores de un alumno, descubre las causas y toma las decisiones correctas, mejorando así la eficacia del aprendizaje y la educación del alumno.
Por ello, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (2017) hace referencia que para un entorno de aprendizaje innovador se debe desarrollar los componentes básicos como la tecnología, el aprendizaje permanente autodirigido, las asociaciones escolares, la investigación y la evaluación integral de cada estudiante en el proceso de desarrollo, la cual se realizará como indicadores para determinar su desenvolvimiento en referencia a la educación en formación (OCDE, 2017).
En Perú, García et al., (2021) establece que la etapa de evaluación formativa, es motivadora e importante, debido a que se centra en la retroalimentación, como identificar el espacio de aprendizaje desde el punto de partida hasta el inicio, lugar donde el alumno quiere llegar ya sea para llenar la brecha de aprendizaje, para crear una evaluación formal, se tiene que considerar la importancia de la retroalimentación como estrategia.
La evaluación formativa se concibe como un proceso de intercambio regular y reflexión sobre el proceso de aprendizaje y los resultados, por la cual está diseñado para mejorar estos procesos y adaptarlos a las características y necesidades de los estudiantes. Del mismo modo, se genera un monitoreo en el progreso de un educando en un campo de estudio antes de tomar decisiones sobre las mejores formas de facilitar el aprendizaje del alumno. El progreso se analiza con referencia a un mapa de desarrollo generado por la prueba de aprendizaje experiencial.
Hasta ahora, en la práctica pedagógica, la evaluación todavía se considera sinónimo de calificación. Esta afirmación conduce a la implementación de actividades de evaluación en las aulas que no son en absoluto instructivas. Todo lo que pueda entenderse y evaluarse mediante la puntuación al final del proceso no tiene por qué ser elegible, puesto que la pedagogía que considera la evaluación vinculada al aprendizaje, capacidades y habilidades es la que mayores beneficios tiene en la educación.
La evaluación formativa ya no es solo del modo tradicional, el cual se evalúa por nota, ahora brinda mayores alcances donde las capacidades, habilidades y aptitudes son indicadores importantes para las mismas en cualquier nivel de educación. Según Bizaro et al., (2019) y Joya (2020) en relación al estudiante se debe de realizar con ellos más autonomía en su aprendizaje al reconocer sus dificultades, necesidades y fortalezas. Teniendo como fin brindar la confianza que necesita para enfrentar desafíos y errores más adelante.
El estudio se justifica bajo un enfoque teórico, acerca de la evaluación en profundidad e importancia y aplicación de la nueva metodología de la evaluación formativa. La justificación práctica, se desarrolló a través del valor mediante la evaluación y aplicación de los indicadores respecto a las características del aprendizaje del estudiante en la educación. Bajo el objetivo de analizar la importancia sobre la evaluación formativa en la educación y como esta se desarrolla en el desenvolvimiento de los estudiantes.
MÉTODOLOGÍA
Se realizó una revisión bibliográfica, para ello, se revisaron un total de 35 artículos seleccionados de fuentes primarias. La evaluación formativa como variable de estudio consistió en revisión de fuentes que fueron realizados por medio de buscadores como: Dialnet, Google académico, Redalyc, Researchgate, Scielo, se seleccionó la información organizado por cuatro categorías formación, aprendizaje, pedagogía, educación a las fuentes seleccionadas. De igual manera, fueron organizados los operadores lógicos el cual bajo la ecuación de búsqueda de NOT, AND, OR, para especificar los artículos más relevantes con el propósito de simplificar la revisión. Para los criterios en la selección de artículos, se realizaron criterios de inclusión como artículos publicados entre los últimos 6 años, artículos en portugués, inglés y español, en tanto, que los criterios de exclusión: formatos como revistas no educativas, libros, tesis, monografías y temas no relacionados con el enfoque del tema principal. La información se organizó en una matriz clasificándose los temas como las propuestas, aportes teóricos de las revistas consultadas.
En el proceso de selección, se tuvo una inicial de 557 artículos, posteriormente en la clasificación y descarte de artículos, la información a través de la lectura de títulos y de resúmenes, mediante el criterio de exclusión se obtuvieron como resultado final 35 artículos sobre evaluación formativa.
Los resultados de búsquedas fueron agrupados, tal como se muestra en la Tabla 1 se y Figura 2, donde se evidencia una clasificación de los temas de búsqueda en base a la selección de 35 artículos. Estos resultados se simplifican en función a la evaluación formativa en la educación; del mismo modo, se generó una clasificación de la evaluación formativa en el aprendizaje, educación básica, educación preescolar, la educación superior y la pedagogía del docente.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
La evaluación formativa en el aprendizaje
La evaluación formativa del aprendizaje es un campo de estudio que es parcialmente relevante para los enfoques pedagógicos modernos, enfatizando la importancia del proceso para lograr los resultados de aprendizaje deseados. También, enfatiza el valor de la retroalimentación en el aprendizaje de los estudiantes. Dentro de este enfoque, se enfatizan las funciones formativas y los enfoques pedagógicos para apoyar las estrategias educativas y de aprendizaje que hacen evolucionar las evaluaciones del aprendizaje y otorgan a los estudiantes un rol activo. Las actividades posicionales, se desarrollan gradualmente, requieren una evaluación genuina de los demás en otros momentos del proceso y tienen diferentes funciones.
De esta manera; Salas (2019) y Pasek y Mejía (2017) refieren que la evaluación formativa se reconoce como relevante para mejorar el proceso educativo y de aprendizaje. Sin embargo, rara vez se practica de manera sistemática y muchas escuelas en Venezuela mantienen el enfoque tradicional, enfatizando los productos y reduciéndolos a las inevitables etapas finales del proceso de aprendizaje. Por lo tanto, el objetivo de este estudio es desarrollar una evaluación general, proceso que forma un aprendizaje basado en las actividades de evaluación que realizan los docentes en el aula.
La evaluación formativa es el proceso que los profesores y los estudiantes utilizan en el proceso educativo y proporciona información para coordinar tanto la enseñanza como el aprendizaje. Es decir, consta de una serie de actividades diseñadas para identificar el error, comprender la causa y tomar decisiones dentro del aula o dentro del aula para corregir el error. Esta actividad permite a los maestros recopilar y emplear información para una educación integral que tenga en cuenta las necesidades individuales del niño.
En tanto, Yu y Fu (2018) mencionan que el sistema de e-learning está desarrollado para apoyar el aprendizaje activo y la evaluación formativa a través de estrategias educativas utilizando preguntas en el aula. Siguiendo el modelo de investigación basado en el diseño, se ha descrito la base teórica, los principios del diseño y el espacio relacionado con el sistema. Nolasco y Hernández (2018) la evaluación formativa se fija en el cambiante y difícil entorno educativo, ya que es el eje principal para conducir el aprendizaje y lograr este tipo de evaluación en el aula. Para Galora y Salazar (2017) la evaluación formativa debe usarse para determinar el progreso del estudiante, el éxito en el proceso de aprendizaje y para usar la información obtenida en el aula para adaptar las lecciones futuras.
El valor de las evaluaciones formales en la educación reconoce que este tipo de evaluación influye en el logro de los estudiantes de los resultados de aprendizaje a lo largo del proceso educativo. Además, también tiene como objetivo facilitar la sustitución de las evaluaciones globales, donde es centrado en el resultado, no en el proceso, por sus características objetivas.
Las evaluaciones de aprendizaje anticuadas y desactualizadas no mejoraron las habilidades, por la cual no generara ningún beneficio para el rendimiento académico hacia los estudiantes. Salas (2019) menciona que los criterios para evaluar la educación en el contexto de la globalización en todo el mundo, se debe tener como fin de recibir la mejor formación para participar en el proceso reproducible que requiere el sistema, sea económico, social, idealista, político o de otro tipo.
La evaluación formativa en la educación pre-escolar
A nivel preescolar, la evaluación se debe a que es un medio para mejorar el proceso educativo, lo que se refiere a la evaluación como un proceso de mejora de los resultados del aprendizaje de los estudiantes en conjunto. Además, también es un factor impulsor en la transformación de los métodos educativos y en el seguimiento del aprendizaje. Así, al evaluar desde el método de formación, es posible revisar las prácticas de enseñanza y los métodos de aprendizaje de los estudiantes.
Cáceres et al., (2019) mencionan que para mejorar las condiciones se deben realizar los cambios necesarios en las diferentes propuestas que se deseen ejecutar, también realizar la capacitación para empeñar una mejor guía en los resultados, mediante la educación y cuidado oportuno para los niños. La evaluación de los alumnos es uno de los problemas que todos los profesores afrontan a diario. El principal desafío es diseñar un enfoque que apoye las habilidades y la reputación de un niño como parte del proceso educativo.
La principal dificultad es la falta de coherencia entre la evaluación del trabajo del estudiante y el avance del proceso según la fórmula de la escala, en términos de priorización, y esta dificultad es la interpretación del trabajo del alumno. Practicar la evaluación con este enfoque de formación sigue siendo un desafío para los educadores, ya que implica evaluar el aprendizaje, los logros, el progreso y el aprendizaje de los estudiantes.
La evaluación formativa en la educación básica
En la educación básica normal, los maestros continúan desarrollando evaluaciones tradicionales pretendiendo que los estudiantes realmente están respondiendo, los maestros deben mirar este proceso de otra manera, considerando que la evaluación debe realizarse de acuerdo con las características de los estudiantes. Por ello, los docentes no deben dar una evaluación tradicional, sino que deben reemplazarla por una evaluación formal.
Por otro lado, desde el punto de vista de la educación moderna, el concepto de evaluación ha cambiado drásticamente, Torres et al., (2021) es solo una práctica enseñada centralmente donde puede ser relevante y oportuna sobre las transiciones del aprendizaje. Para Bizaro et al., (2019) la evaluación de los resultados de aprendizaje es uno de los complejos problemas que la mayoría de la práctica educativa, tanto dentro como fuera del aula, probablemente debido a la falta de ambos, ya que no se aplica técnicamente porque el profesor no entiende completamente.
La evaluación del aprendizaje basada en el desempeño es un proceso continuo y sistemático en el que la información se recopila y procesa de manera sistemática y rigurosa para comprender, analizar y evaluar el aprendizaje de los estudiantes. Esta forma de evaluación proporciona información que los maestros pueden utilizar para tomar decisiones educativas. En Lozano et al., (2020) se refiere que la evaluación formativa en el nivel básico es una herramienta educativa confiable para que los maestros mejoren el aprendizaje en el aula. La idea de aprender estilos educativos distintos al suyo puede proporcionar información importante para mejorar sus prácticas educativas y de evaluación.
Las formas de evaluación se basan en el seguimiento continuo de los procesos de enseñanza y aprendizaje con el objetivo de mejorar este proceso de las actividades académicas (Jiménez, 2017). Por parte de Cañadas et al., (2021) y Molina et al., (2020) la experiencia de evaluación formativa desarrollada por el profesorado se recoge en el informe final para asegurar que todo cumple con los requisitos para ser considerada una experiencia de evaluación formativa, donde todos tienen como objetivo mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje. A lo que, Azambuya (2020) indica que las evaluaciones se llevan a cabo de forma continua durante todo el proceso, no especialmente al final del proceso.
La evaluación formativa en la educación superior
En todas las formas de educación en todo el mundo, la evaluación es esencial para medir la adquisición y comprensión de un tema por parte de los estudiantes. La evaluación se puede dividir en dos métodos diferentes, donde este método monitorea el aprendizaje de los estudiantes y les brinda retroalimentación continua. En educación, especialmente en la educación superior, han cambiado para comprender que la evaluación del conocimiento solo se puede medir en una dirección. A partir de entonces, las evaluaciones y metodologías aún deben evolucionar para adaptarse a este enfoque para comprender y evolucionar la educación superior.
Por su parte, Kusal et al., (2017) la evaluación integral, por otro lado, evalúa el aprendizaje de los estudiantes al final de una unidad educativa y compara los resultados de aprendizaje de los estudiantes con criterios específicos. También ayuda a los estudiantes a aislar ciertas áreas de las áreas débiles e identificar problemas en el aula. Miranda y Castillo (2020) la evaluación formativa ayuda a promover el aprendizaje de los estudiantes donde interfieren con el aprendizaje centrado en el estudiante y conducen a resultados generales de evaluación generando una evaluación formal tiene un impacto positivo. Por su parte, Loor et al., (2020) y Cañadas (2020) mencionan la importancia en los sistemas y procesos de trabajo y aprendizaje de los estudiantes, ya que se espera que las evaluaciones que especifican clara y directamente la calidad de las evaluaciones produzcan cambios en la comprensión y la práctica.
Para Luna (2019) y Anijovich (2017) la educación de calidad incluye no solo la interacción profesor-alumno, sino también una gama de programas para el personal educativo, la atención al alumno, así como la infraestructura y el equipamiento proporcionado por la organización. Asimismo, Bin (2019) estas son destinadas al desarrollo de la formación profesional, al mismo tiempo, desde el punto de vista de la normativa educativa orientada a potenciar el funcionamiento y resultados de los distintos programas y actividades que integran el sistema educativo.
La evaluación formativa en la pedagogía del docente
La participación adecuada de docentes y estudiantes en las actividades de evaluación tiene un impacto positivo en la evaluación formativa y se deben crear escenarios adecuados para que el proceso se lleve a cabo en todas las condiciones favorables, beneficiosas para estudiantes y docentes. Cabe mencionar que la dificultad para realizar una evaluación formal en el aula de manera adecuada es que los maestros olvidan que la evaluación es en el mejor interés de la educación en sí y proporciona pautas para proporcionar retroalimentación en el proceso.
Por ello, Romero et al., (2017) y García et al., (2021) mencionan que la participación en la evaluación de los estudiantes implica varios métodos básicos de evaluación diaria de las actividades escolares, incluida la autoevaluación, la evaluación conjunta o por pares y la evaluación conjunta. Para Vargas (2018) la evaluación es una parte única del proceso educativo y debe planificarse para recopilar e integrar información que permita la efectividad del proceso, el impacto de las estrategias educativas y las fortalezas y debilidades de los estudiantes.
Al respecto Mollo y Medina (2020) señalan que la evaluación formativa como proceso pedagógico juega un papel fundamental en la optimización del aprendizaje-educación de los estudiantes, pero es una práctica poco estudiada y poco aplicada en las actividades educativas. A lo que Joya (2020) refuerza que los maestros se comprometen a evaluar y promover la evaluación formativa durante la clase con el fin de mejorar las competencias de los estudiantes a través de la evaluación periódica y el aumento de la participación en el aula. La evaluación como proceso educativo ha cambiado de propósito.
Los docentes deben prepararse adecuadamente para emprender el proceso de evaluación formativa, o simplemente continuarán las actividades de un proceso de evaluación típico con una estrategia educativa adecuada. En esta línea, el alumnado debe adquirir la capacidad de autoevaluar y evaluar el proceso educativo. Por tanto, la autoevaluación y la coevaluación se refieren a tareas individuales que los estudiantes deben realizar en el proceso educativo y de aprendizaje.
Existe la importancia de modificar los subprocesos para desarrollar un proceso educativo construido con un enfoque basado en competencias. Siendo interesante de este estudio el cambio en la evaluación del aprendizaje al evaluar su valor, esto significa, un cambio de paradigma. Requiere la deconstrucción de prácticas basadas en profesores (Falcón et al., 2021).
Discusión
La evaluación formativa es un proceso que requiere investigación, la mayoría de las escuelas no utilizan sus propias herramientas para la evaluación formal, como los únicos participantes en la evaluación son los maestros, esto no solo reconoce la necesidad de que el proceso para entender cómo se forman las evaluaciones, sino que también ofrece a los estudiantes la confianza, la autonomía y los valores que deben alcanzarse (Galora y Salazar, 2017). También es útil para los cursos de capacitación integral son una parte integral, del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Por tanto, la evaluación de los resultados del aprendizaje es una de las tareas importantes, ya que muestra la correspondencia entre los resultados del proceso educativo con lo prescrito y lo esperado. Las diferentes estrategias, el tiempo dedicado a las actividades, definen las actividades de aprendizaje, facilitan el contenido de aprendizaje, ya sea que los estudiantes estén organizados en grupos o trabajando individualmente, ahora es el momento de que los maestros observen su desarrollo y los guíen hacia sus metas. Ahí es donde las evaluaciones dan forma al aprendizaje y el ciclo termina con cada nuevo estudiante o grupo que los maestros observan a medida que avanzan en el aula en un periodo determinado.
Durante el proceso de aprendizaje, los maestros utilizan una variedad de estrategias para dedicar su tiempo a facilitar el contenido de aprendizaje, las tareas y las actividades; ya sea que los estudiantes estén organizados en grupos o trabajando individualmente, es hora de que los maestros observen su crecimiento y los orienten hacia sus logros. Por ello, los resultados de las actividades educativas de los profesores se reflejan en la planificación de la evaluación que se forma y tiene un impacto positivo en el aprendizaje y la educación. La participación de los maestros es un aspecto importante del éxito, ya que se pueden aplicar diferentes estrategias, métodos y lecciones para optimizar los resultados.
Sin embargo, la evaluación toma forma como un proceso de recopilación de información sobre manifestaciones, estrategias, errores y dificultades mentales. Pantoja y Oseda (2020) la educación y el aprendizaje se pueden revisar y modificar para satisfacer estas necesidades y las expectativas que los estudiantes desean alcanzar, en este sentido, los docentes brindan consejos y sugerencias en el proceso de enseñanza y aprendizaje como objetivos de evaluación.
En el contexto del aprendizaje, dentro de este marco conceptual se enfatizan las funciones formativas y los enfoques pedagógicos para apoyar las estrategias educativas y de aprendizaje que hacen evolucionar las evaluaciones del aprendizaje y otorgan a los estudiantes un rol activo. Las actividades posicionales, que se desarrollan gradualmente, requieren una evaluación genuina de los demás en otros momentos del proceso y tienen diferentes funciones. La importancia formativa de la evaluación es notable.
Aunque el papel de la evaluación ha cambiado en el enfoque pedagógico, la práctica de la evaluación todavía se centra en el resumen y el enfoque tradicional sigue siendo predominante. Para Galora y Salazar (2017) quienes mencionan que la evaluación formativa se utiliza para facilitar el aprendizaje de los estudiantes en el aula proporcionando retroalimentación y corrección durante la instrucción. La evaluación es formativa para la instrucción, ya que se perpetúa en el aula donde tanto los estudiantes como los docentes la realizan, donde debe usarse para determinar el progreso del estudiante, el éxito en el proceso de aprendizaje y para usar la información obtenida en el aula para adaptar las lecciones futuras.
En el contexto de la educación preescolar, la evaluación se debe a que es un medio para mejorar el proceso educativo, lo que se refiere a la evaluación como un proceso de mejora de los resultados del aprendizaje de los estudiantes en conjunto. Además, también es un factor impulsor en la transformación de los métodos educativos y en el seguimiento del aprendizaje. En Cáceres et al., (2019) establecen que la evaluación de factores permite a los estudiantes ver el progreso que están logrando en el aprendizaje y el desarrollo de las habilidades sugeridas y si su práctica está contribuyendo a ese objetivo.
En el contexto de la educación básica, los maestros continúan desarrollando evaluaciones tradicionales pretendiendo que los estudiantes realmente responden. Suponiendo que la evaluación debe basarse en las características del alumno, el profesor debe mirar el proceso de manera diferente. Por lo tanto, López et al., (2019) indica que la evaluación del aprendizaje de los estudiantes se considera el elemento del plan de estudios que tiene la mayor influencia en la forma en que los estudiantes impulsan sus procesos de aprendizaje y trabajo. Para Gallardo et al., (2020) las estrategias de evaluación formativa son un punto de partida para fortalecer el aprendizaje de los estudiantes donde promueve la unidad en el aula, al mismo tiempo los estudiantes comparten información sobre las actividades que están realizando y crean un ambiente tranquilo y pacífico en el aula.
En el contexto de la educación superior, la evaluación es esencial para medir la adquisición y comprensión de la materia en cuestión por parte de los estudiantes. La evaluación se puede dividir en dos métodos diferentes, donde implica monitorear el aprendizaje de los estudiantes y proporcionar retroalimentación continua a ellos. Asimismo, Cañadas (2020), Rodríguez, Avello (2016) y Anijovich (2017) mencionan que esta evaluación ayuda a los estudiantes a separar ciertas áreas de las áreas de debilidad e identificar problemas en el aula, donde una proporción significativa y ayuda a facilitar el aprendizaje del estudiante. En la educación, especialmente en la educación superior, han cambiado para comprender que la evaluación del conocimiento solo se puede medir en una dirección.
En el contexto de la pedagogía del docente, tiene el objetivo del desarrollo docente es realizar un seguimiento integral, recopilar información para un análisis posterior y, en algunos casos, entretejer las habilidades de los estudiantes y las habilidades deseables para ver qué tan bien están aprendiendo. Este tipo de análisis se apoya para reforzar el punto de vista del profesor, se realiza la instrucción académica, donde luego de analizar la información obtenida a través de la evaluación formativa, el docente continuará por la senda del crecimiento académico y se orientará hacia su propio estado de motivación para alcanzar las competencias requeridas.
CONCLUSIÓN
La educación básica y superior son ejes por los que la sociedad pretende ser independiente de los problemas particulares que promueven los individuos mediante la mejora de las condiciones de vida, el logro de metas y objetivos, o simplemente por asociación o preferencia. La evaluación en su proceso comenzó a ser afirmado como un elemento fundamental en la planificación, organización y construcción de la lógica educativa nacional.
Como resultado, los planes de mejora pueden tomar medidas de mejorar de cara a lagunas en la práctica educativa que aparecen de una manera ordenada y sistemática, lo que permite a los estudiantes desarrollar habilidades con base en los estándares de calidad y obtener resultados consistentes. Por lo cual, se han establecido nuevas pautas de evaluación en el proceso de enseñanza y aprendizaje, donde su objetivo es establecer una calificación de que comprenda los resultados y estos induzca el miedo e involucre activamente a los estudiantes y maestros, así como en los resultados.
Los beneficios que aporta la evaluación formativa pueden apoyar la educación y el aprendizaje, preservando las características de cada alumno y convirtiendo al estudiante en un producto cuando se combina con el soporte didáctico adecuado, permitiendo fortalecer la formación de talentos talentosos y el deseo de mejora continua. La adecuada participación de docentes y estudiantes en las actividades de evaluación tiene un efecto positivo en la evaluación formativa y deben crearse escenarios adecuados para que este proceso se pueda implementar en todas las condiciones convenientes para estudiantes y docentes.
Finalmente, es importante presentar una evaluación formativa debe usarse para verificar el progreso del educando, el rendimiento del estudiante en el proceso de aprendizaje y para usar la información obtenida en el aula para coordinar la instrucción en el aula más adelante.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.