INTRODUCCIÓN
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2022) cuenta con los pilares de la educación para la vida: aprender conocer, hacer, a convivir y a ser; esto implica las habilidades personales que son importantes para el aprendizaje integral del estudiante en contextos cambiantes y de incertidumbres. El retorno a las clases semipresenciales y presenciales, genera en los estudiantes emociones, sentimientos durante el proceso de adaptación, comunicación, socialización alumno-docente y alumno-alumno en su etapa universitaria.
En Perú el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2020) manifestó que un 66,2% de niños de nueve a once años sufrieron violencia física y/o psicológica en la escuela alguna vez en su vida, poniendo en riesgo las habilidades sociales en su etapa académica desde la niñez hasta la universidad. El cambio constante de la sociedad del siglo XXI, en especial en los sistemas educativos vienen asumiendo retos, entre ellos la incorporación de las habilidades sociales y nuevas formas de aprendizaje (Ticona et al., 2021). No es suficiente la formación basada en el dominio de conocimientos según el plan de estudios, también se requiere desarrollar otras competencias para acceder al mercado laboral competitivo.
Asimismo, se conoce la problemática sobre las habilidades sociales en los estudiantes; sin embargo, solo algunas universidades consideran la importancia de potencializar sus habilidades sociales como componente emocional para enfrentar situaciones de su vida diaria, para que estén preparados para enfrentar riesgos, tomar decisiones, expresar sus deseos, opiniones, sentimientos, actitudes, dentro y fuera de las aulas, propiciando el intercambio de ideas, la participación y la resolución de conflictos, dentro del ambiente universitario. Todo ello mejorará en el desarrollo académico y profesional, para que puedan adaptarse con éxito a los cambios en el mercado laboral.
Según Silveira-Zaldivar et al., (2021) las habilidades sociales bien desarrolladas y bien practicadas nos ayudan a establecer una relación armoniosa con los demás, se usan las habilidades sociales para aclarar desacuerdos y manejar las relaciones. Las habilidades sociales consisten en comportamientos aprendidos, el individuo sea aceptado socialmente y tener una actitud positiva en las relaciones interpersonales con las habilidades sociales de la persona (Uslu y Genç, 2021). Respecto al aprendizaje cooperativo, es en sí mismo un entorno que se adquieren o mejoran las habilidades sociales; esto se debe principalmente al desarrollo social, no solo interviene la inteligencia académica, sino también la inteligencia social (Han y Son, 2020; Mendo Lázaro, 2019). A través del aprendizaje cooperativo se dan oportunidades para trabajar juntos en la construcción del conocimiento y la ejecución de tareas estructuradas dadas por el docente (Usmadi et al., 2020).
Por su parte, Ticona et al., (2021) realizaron un estudio y determinaron un nivel de habilidades sociales bajo (30,1%), regular (37,6%) y un nivel alto (32,3%); respecto al aprendizaje cooperativo presentaron un nivel alto (33,3%), regular (37,7%) y un nivel bajo (29%) demostrando que tanto las habilidades sociales y aprendizaje cooperativo presentan debilidades. Por otro lado, la investigación realizado por Rodríguez-Macayo et al., (2020) en estudiantes universitarios chilenos evidenciaron un 81,24%, 83,49% y 84,15% de habilidades sociales básicas, de planificación y alternativas a la agresión respectivamente. Al respecto, las universidades han implementado el aprendizaje cooperativo en los métodos de enseñanza y aprendizaje; sin embargo, existen dificultades al momento de ejecutarse, debido a las dificultades que tienen los estudiantes para interactuar, aún falta desarrollar estrategias para perfeccionar las habilidades sociales de los universitarios, para mejorar la timidez, inseguridad, desinterés y participar en las actividades socioculturales de las universidades (Zuñiga et al., 2022).
Respecto a la justificación de la investigación se fundamenta en el contexto actual las universidades buscan el fortalecimiento de habilidades sociales necesarias para ser útiles y con sentido humanístico en la sociedad. El aprendizaje cooperativo en las universidades se utiliza en las sesiones de aprendizaje y son confundidos con trabajos grupales sin ningún seguimiento del docente y se ven limitados a solo formar grupos sin evaluar la interacción de los estudiantes; es insuficiente la falta de seguimiento y desarrollo correcto del aprendizaje cooperativo , asimismo, las habilidades sociales no se desarrollan ni fortalecen y son necesarios para su desarrollo personal ni profesional de los estudiantes (Bedoya, 2020).
Por otro lado, se desconocen las habilidades sociales y el aprendizaje cooperativo en los estudiantes de Ciencias de la Salud, es de interés establecer propuestas de solución en función a los resultados de la investigación para favorecer una mayor participación, motivación, comunicación, responsabilidad, promoviendo el razonamiento crítico, mejorar la calidad de las actividades e interacción docente y estudiante.
Por lo tanto, el objetivo de este estudio es determinar la influencia entre las habilidades sociales en el aprendizaje cooperativo en los universitarios de Ciencias de la Salud.
MÉTODO
El estudio presenta un enfoque cuantitativo, diseño no experimental, descriptivo, explicativa causal y nivel transversal. Se adaptaron los instrumentos de habilidades sociales y aprendizaje cooperativo, se realizó la validez y confiabilidad de los mismos. La población del estudio fue de 1156 estudiantes universitarios de Ciencias de la Salud de una universidad privada, la muestra fue de 289 estudiantes muestreo probabilístico. La muestra incluyó estudiantes sin distinción de sexo, edad, matriculados en el periodo 2022-II. Además, participaron en el estudio voluntariamente, previamente tuvieron conocimiento del consentimiento informado. No participaron estudiantes que no pertenecieron a Ciencias de la Salud, estudiantes del turno de noche.
Asimismo, se aplicó el instrumento de habilidades sociales y se utilizó como referencia el documento de Goldstein et al. (1978) estuvo compuesto por 50 ítems (Tabla 1); para la elaboración del instrumento aprendizaje cooperativo, compuesto por 20 ítems (Tabla 2) se tomó como referencia a Fernández-Rio et al., (2017). Las opciones de respuesta se presentaron en la escala tipo Likert (Nunca, raras veces, frecuentemente y siempre).
Para la recolección de los datos se solicitó a la universidad privada el permiso para la aplicación de los 2 instrumentos de investigación. Con los permisos aprobados se invitó a participar a los universitarios a través de los docentes responsables del dictado de cursos de las universidades, a quienes se les explicó previamente sobre la investigación a desarrollar y a los que acepten apoyar se les enviará el link del cuestionario mediante el formato de Google. En el formulario de Google dirigido a los universitarios se les pidió la aceptación de su participación mediante el consentimiento informado, completaron el cuestionario y se finalizó con el agradecimiento a los estudiantes por su participación. Finalmente, se realizó el análisis de regresión logística ordinal con el programa IBM-SPSS vs 27.
Se aplicó un estudio piloto conformado por 35 estudiantes de Ciencias de la Salud, lo cual sirvió para modificar los ítems que más problemas de comprensión generaban. La validación de ambos instrumentos se realizó mediante el análisis de validez de contenido mediante juicio de expertos, participaron 6 expertos con grado de Doctor en educación. La confiabilidad del instrumento habilidades sociales se halló mediante el α de Cronbach siendo 0,932 y el instrumento aprendizaje cooperativo presentó 0,943. Los intervalos de los puntajes de baremo del cuestionario de habilidades sociales fueron: baja (50-99), regular (100-149) y alta (150-200). Los intervalos del cuestionario de aprendizaje cooperativo fueron: baja (20-39), regular (40-59) y alta (60-80). La puntuación de los instrumentos se consiguió mediante una suma total de los resultados de cada ítem.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se consideraron 289 participantes, con una edad media de 22 años (D.E.=4,77), de las carreras de Enfermería (17,3%), Nutrición y dietética (41,2%), Terapia física y rehabilitación (11,1%), Psicología (8,7%) y Obstetricia (21,8%). En la Figura 1 se observa que los estudiantes presentaron habilidades sociales con un nivel alto de 51,9%, mientras que un 48,1% en el nivel regular en 289 estudiantes. Asimismo, la dimensión habilidades alternativas a la agresión y habilidades para hacer frente al estrés obtuvieron un 58,8% en el nivel alta respectivamente, seguido de la dimensión primeras habilidades sociales que tuvo un 52,9% y la dimensión con porcentaje menor fue las habilidades relacionadas con los sentimientos que obtuvo un 50,2%. En las dimensiones que obtuvieron el nivel regular destacó las habilidades sociales avanzadas y habilidades relacionadas con los sentimientos que obtuvieron un 59,9%. Finalmente, solo se encontró la dimensión habilidades relacionadas con los sentimientos con un 0,3% en un nivel bajo.
En la Figura 2 el 51,2% de los estudiantes presentaron un aprendizaje cooperativo de nivel alto y un 48,8% de nivel regular de los 289 estudiantes encuestados. Asimismo, las dimensiones de mayor proporción con nivel alto fue la dimensión de procesamiento grupal con 59,9%, seguido de la dimensión práctica interpersonales o grupales con un 59,5%. Respecto a las dimensiones de nivel regular que obtuvieron mayor porcentaje fueron interdependencia positiva y responsabilidad individual, que obtuvieron un 42,9% en ambas dimensiones. Finalmente, la dimensión con nivel bajo fue el procesamiento grupal con un valor de 40,1% del total de encuestados.
La hipótesis general de la investigación es demostrar si existe influencia significativa entre las habilidades sociales en el aprendizaje cooperativo en los universitarios de Ciencias de la Salud. Mientras que, las hipótesis específicas fueron: Existe influencia significativa entre las habilidades sociales en la interacción promotora, práctica interpersonales o grupales, interdependencia positiva, procesamiento grupal, responsabilidad individual y grupal en los estudiantes de Ciencias de la Salud. Además, la Tabla 3 se muestra que las habilidades sociales influyen en el aprendizaje cooperativo de los universitarios (p<0,000). Así mismo, la prueba de Nagelkerke muestra un valor 0,645 demostrando que las habilidades sociales influyen en un 64,5% en el aprendizaje cooperativo.
En la Tabla 4 se muestra que las habilidades sociales influyen en la interacción promotora, práctica interpersonales o grupales, interdependencia positiva, procesamiento grupal, responsabilidad individual y grupal del aprendizaje cooperativo de los universitarios (p<0,000). Además, las habilidades sociales influyen en un 68,8% en el procesamiento grupal, 69,6% en la práctica interpersonales o grupales, 64,8% en la interdependencia positiva, 71,1% en la interacción promotora y un 66,8% en la responsabilidad individual y grupal del aprendizaje cooperativo.
Discusión
Respecto a los resultados mostraron que las habilidades sociales influyen en el aprendizaje cooperativo en un 64,5% en los universitarios de Ciencias de la Salud. Así mismo, no existe evidencia científica sobre la influencia de las habilidades sociales en el aprendizaje. Sin embargo, estudios de Ticona et al., (2021) y Paredes y Silva (2022) mostraron en su estudio una relación significativa entre habilidades sociales y aprendizaje cooperativo en estudiantes universitarios.
Los resultados muestran que los estudiantes presentaron habilidades sociales con un nivel alto de 51,9%, mientras que un 48,1% en el nivel regular. Resultados parecidos fueron hallados por Paredes y Silva (2022) obteniendo un nivel alto 43,6% y un nivel medio 39,7%. Por su parte, Ticona et al., (2021) hallaron un nivel de habilidades sociales bajo 30,1%, regular 37,6% y 32,3% un nivel alto. Durante la pandemia existieron muchos factores sociales que influyeron en la educación como el estrés, depresión, ansiedad que pudieron influir en las habilidades sociales de los estudiantes universitarios. Por otro lado, la educación remota fue un proceso de adaptación por parte de los estudiantes y docente, al respecto nuestro estudio fue aplicado luego de ese proceso de adaptación donde en el proceso de virtualidad las actividades fueron de interacción y comunicación grupal a través de las herramientas digitales; es por ello que en nuestros resultados los estudiantes muestran mayor habilidades sociales, ello puede ser explicado a la adaptabilidad a los entornos virtuales en el que usan herramientas digitales cooperativas y de interacción, comunicación grupal con los integrantes, en las que emplearon mejores habilidades sociales para el desarrollo de sus actividades académicas.
Los resultados sobre el aprendizaje cooperativo presentaron un 51,9% nivel alto y 48,1% de nivel regular. Los resultados difieren de los estudios realizados por Nina-Cuchillo et al., (2022) quiénes obtuvieron un nivel regular del aprendizaje cooperativo 25,6% deficiente, 44,2% regular, 30,2% eficiente en estudiantes universitarios de ingeniería. De igual manera en la investigación de Ticona et al., (2021) hallaron un nivel de aprendizaje cooperativo regular (37,7%), nivel alto (33,3%) y un nivel bajo (29%) en estudiantes de educación y comunicación. Aunque los docentes están bien informados sobre los principios del aprendizaje cooperativo, solo conocen algunos métodos para implementar durante la sesión de clase, son conscientes sobre su efectividad en el proceso de aprendizaje y socialización de los alumnos, a pesar de estas creencias positivas, los docentes utilizan con poca frecuencia (Abramczyk y Jurkowski, 2020). Ello podría explicar las diferencias en los resultados y otros factores en la metodología de enseñanza.
Algunos docentes, desarrollan y continúan con los modelos tradicionales, por ello es necesario que cuenten con herramientas pedagógicas para preparar al futuro profesional en los diferentes cambios (Ticona et al., 2021). No solo se trata de formar grupos y que no trabajen de manera aislada, lo que se busca es trabajar en grupos en las diferentes actividades propuestas de manera activa y cooperativa para alcanzar los logros de aprendizaje, revalorizando la enseñanza del aprendizaje cooperativo desde la primera infancia hasta la universidad (Azorín Abellán, 2018). Sin embargo, en la educación superior, algunos componentes faltan emplearse o mejorar la aplicación de la técnica en el proceso metacognitivo, enseñanza, estilos de aprendizaje, motivación y el aprendizaje cooperativo. Respecto sobre el aprendizaje cooperativo, a nivel internacional existe interés y motivación para resolver algunos problemas latentes en la enseñanza universitaria; no obstante, en algunos países como Bolivia no se evidencian estudios sobre el aprendizaje cooperativo y su aplicación en la educación superior (Bustamante Pacari,2017).
Así mismo las habilidades sociales influyen en el procesamiento grupal del aprendizaje cooperativo, en un 68,8%, al respecto Lachowsky y Murray (2021) evaluaron el procesamiento grupal como una contribución positiva a su aprendizaje desde el principio hasta el final del curso (p<0.001), el 70,3% de los participantes en el estudio actual informaron que tenían experiencia con el procesamiento grupal después del final de su curso de aprendizaje basado en la investigación. El estudio de Ticona et al., (2021) obtuvieron un 42,9 % de universitarios con un nivel bajo de procesamiento grupal de la variable aprendizaje cooperativo, el 38,1 % un nivel regular y el 19,0% un nivel alto; los resultados son opuestos a los encontrados en el estudio, en el que los universitarios obtuvieron un procesamiento grupal 52,9% alto y 47,1% regular.
Por otro lado, las habilidades sociales influyen 69,6% en la práctica interpersonales o grupales del aprendizaje cooperativo. Para Johnson y Johnson (2016) las prácticas interpersonales y grupales son necesarias en el aprendizaje cooperativo para funcionar como parte de un grupo, en el que no es una actividad académica basado en la competitividad o individualidad, cada integrante del grupo debe crear un clima de confianza, comunicarse, manejar los conflictos, saber tomar decisiones, cómo ejercer la dirección y deben sentirse motivados para desarrollar las actividades.
Las habilidades sociales influyen 64,8% en la interdependencia positiva, estudios de Ticona et al., (2021) encontraron que los universitarios poseen un nivel alto de 42,9 % de interdependencia positiva, 36,6% un nivel regular y el 20,7 % un nivel bajo. Los resultados difieren del estudio porque se encontró un nivel alto del 50,2% y nivel regular 49,5% de interdependencia positiva de los estudiantes. Asimismo, las habilidades sociales inciden por un 71,1% en la interacción promotora. Al respecto, Ticona et al., (2021) en su estudio encontraron un 42,9 % de nivel regular, el 33,3 % nivel bajo y el 23,8 % posee un nivel alto de interacción promotora; sin embargo, en el estudio los resultados son diferentes, un 58,8% de nivel alto y un 41,2% de nivel regular. Cada integrante de grupo debe promover el aprendizaje las actividades cognitivas e interpersonales mediante el análisis de los conceptos, resolver problemas, enseñando lo que uno conoce y manifestando a los miembros del grupo, promoviendo el aprendizaje del resto, adquiriendo un compromiso personal unos con otros para lograr los objetivos en común (Johnson y Johnson, 2018).
Finalmente, las habilidades sociales influyen en la responsabilidad individual y grupal del aprendizaje cooperativo. No obstante, las habilidades sociales inciden por un 66,8% en la responsabilidad individual y grupal. Ticona et al., (2021) encontraron un 40,4 % de estudiantes de nivel regular de responsabilidad individual, el 31,0% presentó nivel alto y el 28,6 % un nivel bajo, los valores son diferentes al estudio, el 52,6% en un nivel alto y el 47,4% un nivel regular. Cada integrante del grupo tiene responsabilidad directa de una actividad del trabajo grupal para alcanzar sus objetivos, y cada uno será responsable de cumplir con la parte que le corresponda para mejorar su aprendizaje. La finalidad es fortalecer a cada integrante de manera individual, en el cual aprenden juntos para poder desempeñarse mejor como individuos. Ningún integrante puede aprovecharse del trabajo de otros, el grupo debe ser capaz de aprender a detectar quién necesita más ayuda, estímulo y evaluar el progreso realizado, los esfuerzos individuales de cada miembro, para completar la tarea en función a los objetivos.
CONCLUSIONES
Las habilidades sociales influyen en el aprendizaje cooperativo, generando mayor interacción, participación, socialización, apoyo y responsabilidad en los integrantes del grupo para lograr los objetivos de las actividades encargadas, contribuyendo en el rendimiento académico. Es necesario promover actividades sociales que permita al estudiante tomar iniciativas en espacios grupales, expresar sus sentimientos, emociones, control de su carácter, sentir menos vergüenza, ser libre de expresar lo que piensa y lo que opina respecto a los demás, todo ello mejorará las habilidades sociales en el aprendizaje cooperativo, en el que deben debatir, expresarse, discutir, apoyarse entre los integrantes, de esta manera se prepara para afrontar el ámbito académico y laboral.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.