1. Introducción
El periodismo de investigación (PI) data desde inicios de los años 50 a.C., pero empieza a consolidarse como tal a partir del siglo XIX. Hasta la fecha, se conocen algunos trabajos por su trascendencia e impacto a nivel mundial. Sin embargo, el Estado del Arte de la investigación sugiere la falta de un estudio que recabe los aspectos más importantes de su ejercicio y la situación del mismo en medios de prensa escrita.
En la misma línea, se identifican algunos vacíos que dan lugar a preguntas planteadas en el desarrollo de la misma. Dentro de ellos, se puede ver la amplia y variada concepción del PI, en especial en cuanto a si este tipo de periodismo debería o no fiscalizar al poder. A pesar de tener aspectos en común, los autores abordan su propia definición y se basan en trabajos previos y experiencias propias, ligadas a manuales de periodismo de investigación. Los procesos también difieren en cuanto a los modelos planteados.
En los últimos dos años, se empieza a escuchar más sobre el PI. En ese sentido, en 2021, treinta periodistas se capacitaron en periodismo de investigación gracias a una iniciativa de la Fundación para el Periodismo, con sede en La Paz, y el apoyo de la Deutsche Welle Akademie. El programa duró aproximadamente tres meses y contó con docentes internacionales (Fundación para el Periodismo, 2021). Asimismo, periodistas como Gabriel Navia y Zulma Camacho, Grover Yapura, entre otros, ganaron distintos premios de PI y fueron reconocidos a nivel internacional por los contenidos publicados.
La investigación se basa en objetivos que responden al objetivo principal o general: Determinar la situación del periodismo de investigación escrito en Bolivia desde el año 2000 al 2020. Para ello, se plantean los siguientes objetivos específicos: contextualizar los aspectos teóricos más importantes del PI; evaluar desde la perspectiva de los periodistas de prensa escrita el ejercicio del PI en el país y en la prensa nacional e indagar sobre el ejercicio y las condiciones del PI según el contexto de la realidad boliviana.
2. Metodología
La presente investigación tiene una metodología cualitativa. Con el término “investigación cualitativa”, entendemos cualquier tipo de investigación que produce hallazgos a los que no se llega por medio de procedimientos estadísticos u otros medios de cuantificación. Puede tratarse de investigaciones sobre la vida de la gente, las experiencias vividas, los comportamientos, emociones y sentimientos, así como al funcionamiento organizacional, los movimientos sociales, los fenómenos culturales y la interacción entre las naciones. Algunos de los datos pueden cuantificarse, por ejemplo con censos o información sobre los antecedentes de las personas u objetos estudiados, pero el grueso del análisis es interpretativo (Strauss & Corbin, 2002, pp. 19-20).
Ahora bien, a pesar de tener datos cualitativos, estos pueden, en algún caso necesario, ser presentados como estadística y/o de manera numérica. “Algunos investigadores reúnen datos por medio de entrevistas y observaciones, técnicas normalmente asociadas con los métodos cualitativos. Sin embargo, los codifican de tal manera que permiten hacerles un análisis estadístico. Lo que hacen es cuantificar los datos cualitativos” (Strauss & Corbin, 2002, p. 20). Es decir, la esencia se encuentra en la información obtenida por medio de técnicas de recolección cualitativas, pero la presentación de la misma puede hacer uso de porcentajes, cantidades, entre otros. Esta metodología responde a los objetivos planteados. No obstante, para futuras investigaciones sobre la misma temática, se abre la posibilidad de utilizar metodologías mixtas.
Por un lado, las técnicas utilizadas según los objetivos específicos y la metodología correspondiente son la entrevista en profundidad (semiestructurada), la revisión documental y el grupo focal. En ese sentido, las respectivas herramientas son la guía de preguntas, planilla de revisión documental y guía de preguntas abiertas para grupo focal.
Por otro lado, este documento corresponde a una investigación descriptiva. Si bien existen algunas investigaciones sobre PI a nivel nacional, pretende analizar la situación de este tipo de periodismo en los últimos veinte años de una manera amplia. En ese sentido, brinda características de la realidad en la cual se desarrolla la investigación, pero no se busca dar explicaciones al fenómeno en cuestión.
Debido a que no se tiene un control sobre las variables elegidas, sino que son desarrolladas y analizadas según el marco teórico y los objetos de estudio, la investigación se constituye como no experimental. Por otra parte, la cronología de las observaciones realizadas es retrospectiva, en función al periodo elegido para la investigación (del 2000 al 2020).
Según las observaciones dentro del periodo elegido, se trata de una investigación longitudinal. “Estudios que recaban datos en diferentes puntos del tiempo, para realizar inferencias acerca de la evolución del problema de investigación o fenómeno, sus causas y sus efectos” (Hernández S., 2014, p. 159). Es decir, se basa en la observación y el análisis de varias secciones para poder determinar la situación de la problemática encontrada.
3. Concepto de Periodismo de Investigación
El periodismo de investigación va más allá de la información inmediata y se enfoca en conseguir los detalles que puedan revelar datos antes no mencionados ni encontrados. Es “el que analiza en profundidad un tema en particular con el fin de poner en evidencia hechos de corrupción, analizar políticas gubernamentales y corporativas o llamar la atención sobre tendencias sociales, económicas, políticas o culturales” (Nazakat & Programa de medios de Comunicación de la KAS para Asia, 2018, p. 5). En ese sentido, expone la información de una manera amplia y profunda, con un análisis crítico sobre la realidad para que el lector pueda generar una postura entendida en el tema.
Existen características a tomar en cuenta para poder considerar a una investigación como un producto del PI. Éstas se basan en la importancia del trabajo propio del periodista y su labor de informar, en la audiencia o el público al que se busca llegar y el factor clave según el concepto previamente mencionado: develar algo que busca ser ocultado por entidades de poder.
Los tres elementos fundamentales son: que la investigación sea el trabajo de un reportero, no un informe o una investigación elaborados por otra persona; que el tema del reportaje sea de suficiente importancia e interés para el lector o el espectador; y el hecho de que otros tengan la intención de ocultar al público la información que se busca (Gastélum & Coronel C., 2009, p. 10).
Al afirmar que el periodismo está -en gran medida- sujeto a intereses políticos o económicos, o que la información se convierte en instantánea por la coyuntura y la presión en plataformas digitales, surge una nueva -o tal vez olvidada- función: la fiscalización a partir de información comprobada. “Si bien la nota informativa o noticia directa no tiene el propósito de corregir enigmas, sino el de presentar hechos dentro de contextos claros, la fiscalización sí busca enmendar o denunciar. A ésta última pertenece el periodismo de investigación” (Ayala E., 2013, p. 2). Sin embargo, en este último punto se identifican algunas opiniones contrarias.
Si bien existen tipos de periodismo que también buscan fiscalizar y denunciar distintos hechos, es importante recalcar que las investigaciones no tienen el objetivo de derrocar autoridades o imponer posiciones a la sociedad. Así, también se llega a diferenciar esta rama periodística de otras, a pesar de tener cierto grado de relación o complementariedad. De esta construcción conceptual se desprende el aporte fundamental del PI:
Los factores básicos de la exposición: revelar cuestiones encubiertas de manera deliberada, cuestiones que permanecen secretas por la influencia de uno o algunos en una posición de poder y exponer los datos obtenidos a exposición pública después de un análisis. Para Karklins la contribución esencial del periodismo de información a la sociedad es su aportación a la libertad de expresión e información (Gilanraz Palancar, 2017, p. 58).
Uno de los componentes más importantes del periodismo de investigación es ir más allá de la simple publicación de información con sospecha de algún acto o una situación delictiva. De hecho, toma a este rumor o esta información como un punto de partida para seguir investigando y luego presenta una sistematización de dichos datos, los analiza y los transforma en un producto entendible para la sociedad.
Es imperante mencionar que, en lo esencial, el PI tiene dos corrientes. Una está relacionada a la información que entes de poder busca ocultar. La otra, más social y humana, busca visibilizar vulneración a los derechos humanos. “Temáticamente, los entrevistados distinguen una larga lista de problemas que afectan a los países de la región y que no están siendo objeto de investigación periodística sistemática. Estos son posible organizar en al menos dos grandes grupos: uno, referido a prácticas ilegales o antiéticas, y otro, que abarca cuestiones de derechos de las personas” (Lagos, 2014, p. 16). Ambas corrientes pueden ser abarcadas en la investigación.
Entonces, la postura asumida por la presente investigación es que el PI no tiene como objetivo principal fiscalizar o simplemente denunciar hechos corruptos. Dentro de este marco, busca aportar a los derechos fundamentales de la sociedad por medio de la difusión de información completa y analizada exhaustivamente para mostrar hechos importantes que no están dentro de una agenda mediática, política o general y se intentan mantener en la oscuridad por distintos motivos. Además, parte de una iniciativa propia del periodista a partir de algún dato disparador que dé lugar a más preguntas y análisis.
4. Procesos del Periodismo de Investigación
El periodismo de investigación sigue una serie de procesos y pasos, desde la planificación hasta después de la difusión del producto. Toda la información se encuentra documentada y respaldada; esto implica una gran cantidad de recursos, entre económicos, humanos y principalmente, inversión de tiempo.
Autoras de artículos sobre PI, como Melissa Vera, Rosalinda Gastélum, Ana Imelda Coronel y Pablo Gilanraz Palancar, se apoyan en las cinco P’s del periodismo de investigación, presentadas por José Manuel De Pablos:
La conveniencia de conocer ese proceso de las 5P tiene su indudable interés, ya que el profesional podrá saber en todo momento en qué estadio se encuentra y, con ello, estar preparado para la siguiente fase, caso de no haber concluido la etapa ya iniciada, aunque varias de ellas pueden estar abiertas a la vez.
Las cinco fases P son éstas, a saber: 1a fase P, la pista. 2a fase P, la pesquisa. 3a fase P, la publicación. 4a fase P, la presión. 5a fase P, la prisión (De Pablos C., 1998, p. 1).
Es importante aclarar la presente investigación entiende al proceso como un conjunto de diferentes etapas, que intenta explicar los mecanismos de funcionamiento de un fenómeno -en este caso, el PI. Entonces, se puede comprender de la siguiente manera:
El PI sigue un proceso desde la concepción de la idea hasta la post publicación. Consta de cuatro fases principales: planificación, desarrollo de la investigación, publicación y repercusiones o alcance. Dentro de estas se consideran aspectos y elementos que responden a principios de documentación y respaldo. En ese sentido, al momento de realizar una investigación, los actores principales son los periodistas. De ellos dependen las fases anteriormente mencionadas.
5. Miradas sobre el concepto de Periodismo de Investigación
A partir de la información recolectada en las diferentes entrevistas a periodistas del eje central de Bolivia sobre la definición del periodismo de investigación y sus características, se identifican ciertas tendencias importantes. La primera parte de una comprensión completa del PI e incluye el factor diferenciador: develar algo que el poder busca ocultar; también involucra anécdotas o percepciones propias, según las experiencias.
En las trece entrevistas y los dos grupos focales, el 95 % de los expertos alude a la característica previamente mencionada. Por una parte, añaden que el periodismo de investigación busca explicar el porqué de las distintas temáticas tratadas. Por otra parte, para algunos periodistas se constituye como la base del periodismo en general. Se ve como algo imprescindible para la sociedad y como una base necesaria para los medios de comunicación en el país.
El periodismo de investigación para mí es la joya de la corona de periodismo. Es el género por excelencia de esta actividad que se la conoce como periodismo. Para mí, el periodismo de investigación es el que permite que el periodismo esté a la altura de una realidad; y una realidad verdaderamente oscura como la que vivimos (entrevista a Roberto Navia, ex periodista de El Deber, 27/10/2021).
Distintos periodistas entrevistados mencionan que es imposible concebir el periodismo sin investigación. No obstante, en ese punto surgen algunas discrepancias en cuanto a la diferenciación entre el periodismo como tal y otras ramas.
Es cierto que el periodismo implica investigación. Implica un mínimo de dos fuentes, es decir, parte y contraparte, y una búsqueda lo más aproximada posible a la verdad. “Es que todo periodismo está vinculado a la investigación. Es inevitable que investigues para publicar hasta lo más mínimo [...] estás obligado a investigar. Por antonomasia el periodismo se entiende como investigación” (entrevista a Andrés Gómez, ex periodista de La Razón, 11/11/2021). No obstante, Gómez señala que existen diferencias “en las fuentes, en la estructura y el estilo” (entrevista a Andrés Gómez, ex periodista de La Razón, 11/11/2021). Según el entrevistado, ahí se separan el periodismo de coyuntura y el de investigación.
Asimismo, se confunde al PI con el periodismo a profundidad y el de datos. Algunos entrevistados mencionaron que han dejado de ver una diferencia marcada entre estas ramas.
El periodismo de datos es periodismo de investigación porque lo que se asume desde el periodismo de datos es que tienes una base, una data, tienes esta información sistematizada a través de la cual tú puedes hacer una historia. Pero esa historia no puede ser cualquier historia, esa historia tiene que estar totalmente respaldada, contrastada, verificada, tiene que ser un trabajo de profundización en el tema de las fuentes; y eso, viéndolo desde un concepto más general, es netamente investigación (entrevista a Fabiola Chambi, ex editora de la web de Los Tiempos, 19/10/2021).
Es necesario aclarar que el periodismo de datos, según la teoría, hace parte del periodismo de investigación. Consecuentemente, se lo utiliza como una técnica para obtener información.
También existe una controversia respecto a la especialización en cada una de estas ramas. Algunos periodistas piensan que es necesario tener una especialización académica y otros ven al ejercicio del PI como algo que se aprende en el camino y al ejercer la profesión.
A pesar de tener estas aristas, la mayoría de los entrevistados concuerda con la visión teórica adoptada en la presente investigación. Esto tanto desde sus propios criterios teóricos, como desde las distintas experiencias en su recorrido profesional.
5.1 Estructura y procesos adoptados por los periodistas para ejercer el periodismo de investigación
Si bien los procesos adoptados por los periodistas siguen muchas pautas metodológicas planteadas por expertos a nivel teórico, se evidencian algunas adaptaciones propias. Para fines de esclarecimiento en la investigación, se denominan macroprocesos a los elementos que incluyen varios pasos en su desarrollo. Cada uno es mencionado por los entrevistados con distintos nombres, pero hace referencia al mismo concepto.
Cada macroproceso presenta elementos clave que determinan si la investigación periodística avanza, retrocede o se estanca. A continuación, se realiza un esquema de dichos macroprocesos y sus elementos:
Todos los entrevistados concuerdan con partir de una idea o detonante. Según las distintas opiniones, este surge de tres posibles fuentes: el olfato periodístico -un término apropiado por los mismos periodistas para describir sus habilidades en el hallazgo de posibles temas de interés-, algún vacío de información que encuentran en las labores coyunturales o convocatorias de instituciones para hacer periodismo de investigación.
Una vez que se ha identificado la idea, se avanza al segundo macroproceso: la indagación previa, pre reportería, o también llamada por Roberto Navia: ‘trabajo silencioso’. En esta etapa se hace una revisión exhaustiva de documentación e información sobre todo lo que rodea al detonante para llegar a una comprensión completa de su situación.
Para ello, existen dos corrientes: trabajo individual y trabajo colaborativo. El periodista elige con qué corriente realizar su investigación. La mayoría habla de un trabajo colaborativo donde se cruzan puntos de vista y se enriquece el proceso de investigación.
Otros periodistas prefieren una mezcla de ambas formas de trabajo. Inician el proceso de manera individual y consiguen un equipo para dos macroprocesos: el trabajo de campo y la ‘puesta en escena’.
En la actualidad, también se empieza a hacer un periodismo transfronterizo; es decir, en colaboración con periodistas y profesionales de otros departamentos e incluso otros países. En este trabajo colaborativo, facilitado por la tecnología, no solo se incluye a periodistas, sino también a expertos en análisis de datos y en la temática que se está estudiando.
El tercer macroproceso es la planificación, que es fundamental para dar curso a la investigación. Se plantean distintos elementos, desde recursos económicos, humanos, logísticos, entre otros, hasta la aplicación a fondos concursables. En cuanto a la hipótesis, mencionada por todos los entrevistados como un factor importante en la investigación periodística, se puede plantear tanto en el segundo proceso, como al inicio de la planificación. No obstante, la mayoría concuerda con que es importante plantearla en el proceso del ‘trabajo silencioso’ para empezar la planificación con un norte. En esta etapa también se realiza un presupuesto general de todo lo que implica realizar la investigación y llevarla hasta el último proceso. En repetidas ocasiones, se menciona que el PI incluye, implícitamente, una gran cantidad de recursos económicos y una vasta red de contactos.
Luego de la reportería, viene el plan de publicación y el plan de redes sociales. Entonces, se planifica una campaña de expectativa antes de la publicación de la investigación.
La etapa de trabajo de campo se refiere a la recolección de datos. Esta información puede obtenerse a partir de un trabajo de reportería directa, fuentes documentales, observación participativa o no participativa, entre otros. También se puede contar con equipos de fotografía o video, dependiendo del formato final escogido.
Es importante resaltar que todos los entrevistados tienen una estrategia en cuanto a las fuentes. Primero, reúnen toda la información de las fuentes afectadas, tanto primarias como secundarias. Una vez recabada toda la información necesaria, entrevistan a las partes de poder implicadas. Esto se hace para poder confrontar con datos contundentes a la o las últimas fuentes e intentar obtener transparencia o más información útil.
Después, se entra a un proceso de sistematización y escritura y se hace uso de distintas herramientas según la información obtenida. Este macroproceso puede ser individual o grupal, según las preferencias del periodista. También se recalca la importancia de la narrativa y la prosa al momento de escribir. La manera de escribir es como el sello del periodista en sus trabajos.
El macroproceso de la puesta en escena o el trabajo de difusión incluye una colaboración con expertos. Hace más de diez años, antes de que los periódicos entren en el mundo digital, el trabajo de difusión se hacía por medio del periódico impreso. Ya sea en el mismo tabloide o en una separata especial, también conocida como dossier.
En cambio, los canales de difusión se han multiplicado por la llegada del Internet y ahora cuentan con una variedad de elementos para que el contenido sea más atractivo. Este cambio se debe en gran parte a los requerimientos de la audiencia, pero existen otros factores que llevan a los periodistas a optar por estas opciones sin pensar solamente en sus lectores.
La última etapa es la post publicación. Implica dos grandes puntos: los riesgos y la necesidad de protección para el periodista por lo develado, y la opción de un seguimiento al tema.
En la primera, diez de los trece entrevistados aseguran haber sufrido amenazas, ya sea directas o indirectas, por las partes implicadas. Y no solo eso, sino que deben encontrar medios para proteger a las fuentes. Entonces, se convierte en un trabajo de protección personal y de todos los colaboradores de la investigación periodística.
Es común que cuando se revela cierta información, otros actores implicados empiezan a sacar a la luz más datos, o a negarlos, según su conveniencia. Ahí se abren las puertas para que el mismo periodista u otro continúen la investigación.
El proceso del PI se entiende aún más cuando se da una mirada a la situación y el recorrido del mismo; y también cuando se ven las condiciones que llevan a los periodistas a adoptar ciertas medidas en las distintas etapas.
6. Aspectos relevantes en los veinte años de recorrido del Periodismo de Investigación
No existen datos exactos sobre el inicio del periodismo de investigación en Bolivia. No obstante, el periodo de dictaduras iniciado por el golpe de estado que posicionó en el poder al General Reneé Barrientos en 1964 hasta el derrocamiento de Hugo Banzer en 1978 genera detonantes para los que entonces tenían el oficio de periodistas.
El PI en el país se adaptó y evolucionó debido a la crisis económica y de medios, pero en especial a la inmersión en una era tecnológica. Esto supuso el uso de nuevas técnicas y herramientas de investigación; así como diferentes maneras de generar equipos de trabajo y una apertura a otras profesiones.
Uno de los cambios más notables es la obtención y sistematización de datos. Hace veinte años, los periodistas debían acudir al lugar de los hechos, hablar cara a cara con las fuentes, recurrir a bibliotecas y hemerotecas con libros antiguos y nuevos (para la época) con el fin de poder obtener datos valiosos. Las herramientas dependían más de su capacidad de generar redes de contactos y la famosa ‘muñeca’. En la actualidad, la tecnología ayuda a efectivizar el tiempo y acorta las distancias entre el periodista y las distintas fuentes.
Sin embargo, la tecnología no reemplaza por completo el trabajo de campo que se debe llevar a cabo. Los periodistas aún prefieren acudir a los lugares clave para comunicarse con los informantes y obtener información directa y de primera mano. Este punto es algo que se mantiene en el PI y se pierde -en varias ocasiones- en el periodismo de coyuntura.
Los nuevos programas de sistematización y verificación de datos son la mano derecha de muchos periodistas. “En los 20 años el cambio más notable no ha sido ni la legislación, ni la formación de los periodistas, sino un inmenso banco de datos que se llama Internet [...] te puede ayudar a hacer un 50% del trabajo. El resto ya corre por tu cuenta” (entrevista a Andrés Gómez, ex periodista de La Razón, 11/11/2021). De modo que el trabajo de planificación previa y la interpretación y análisis de la información, al ser de carácter cualitativo, dependen enteramente del periodista.
Otro aspecto importante es el peso de la coyuntura en los medios de comunicación. En esto, se evidencian dos factores influyentes en el ejercicio del PI. El primero es la crisis económica, que resulta en recorte de personal y una sobrecarga laboral. El segundo tiene relación con el manejo económico y la presión ejercida por entes de poder sobre la información publicada en los medios. Esto da lugar a una agenda saturada de noticias casi instantáneas y en gran medida polarizadas.
Como hace 20 años, existe un enamoramiento por la coyuntura, por la noticia caliente, esa noticia que muere a los segundos de hacer. Sin embargo, hay algo importante: antes del Internet y las redes sociales, los grandes medios de comunicación tenían un monopolio. Si no pertenecías a un medio de comunicación o no publicabas en un gran medio de comunicación, no existías [...] ahora existen las facilidades para que vos puedas tener tu propio medio de comunicación. Nunca ha sido más fácil instalar un medio de comunicación propio, pero a su vez nunca ha sido más difícil mantenerlo (entrevista a Roberto Navia, ex periodista de El Deber, 27/10/2021).
La diferencia entre las redacciones de medios de comunicación masivos y las de medios independientes se resumen en dos puntos importantes: el contenido y el alcance. En cuanto al contenido, los medios “libres”, que no dependen del sustento del Estado y, en su mayoría, son digitales, tienen una gran ventaja al escoger las noticias y reportajes. Al no estar dentro de la agenda setting , los temas tratados pueden ser variados y salir de la coyuntura; también puede existir mayor flexibilidad en cuanto al tiempo de realización del producto.
Por otra parte, cuando se habla de alcance, los medios de comunicación ‘tradicionales’ toman la delantera. Gracias a su recorrido e historia en los países, y también a que, de cierta manera, el producto impreso tiene una llegada distinta a la sociedad, las audiencias se han “conquistado” con el pasar de los años.
Las miradas sobre el PI realizado los primeros años del 2000 parten de las experiencias de cada periodista en el medio. En ese sentido, se observan respuestas completamente diferentes entre sí. Para algunos, los formatos eran marcados y se regían en una línea más informativa. Entonces, explorar otras narrativas suponía un rompimiento de esquemas. Existía una rigidez periodística, en especial en la primera década de los 2000.
No obstante, Fabiola Chambi, ex periodista de Los Tiempos y principal impulsora de la plataforma digital de dicho periódico, menciona una postura distinta según su propia experiencia. “Antes yo creo que si había un poco más de apertura o de discusión para entender que se tiene que hacer un periodismo diferente al que se estaba ofreciendo. Y que había una competencia sana entre medios para generar publicaciones de alto impacto. Ahora muy poco de eso se está viendo” (entrevista a Fabiola Chambi, ex editora de la web de Los Tiempos, 19/10/2021).
La salida de gobiernos militares y una nueva etapa de democracia en la época de los años ochenta suponen nuevas maneras de hacer periodismo. Es probable que después de persecuciones y asesinatos a periodistas, el clima entre ellos haya propiciado un trabajo colaborativo al principio de esta nueva era; pero al hablar de la primera década del siglo XXI y el trabajo entre medios se menciona que la información era cuidada cautelosamente por cada periodista e institución.
Al final del siglo XX y principios del XXI, se vuelve entendible la respuesta de resguardo de información por parte de los autores por entrar en una etapa completamente mediatizada, no solo por medios de comunicación masivos, sino por la aparición de las redes sociales y plataformas con un sinfín de datos. Hoy en día es casi imposible retener información. Si se intenta, puede filtrarse de alguna manera o se está en constante competencia de “quién la obtiene primero” y “quién la publica primero”. Los periodistas de investigación optan por unir fuerzas con sus compañeros. Así, si bien puede ser que la noticia se publique primero, al menos ellos brindan una perspectiva distinta y más informada a la población.
Los periódicos del eje central de Bolivia que dieron espacio entre sus páginas al PI, al menos por un tiempo, son El Deber, Página Siete, La Razón, Opinión, y algunos trabajos colaborativos entre los medios previamente mencionados y Los Tiempos. Sin embargo, los periodistas señalan que el trabajo dependía solamente de ellos y no pudo sostenerse en el tiempo.
Uno de los productos más utilizados en los años que se hizo periodismo de investigación en estos medios fue el dossier. Por lo general, este era un suplemento que se vendía junto con el periódico.
Acerca del desarrollo del PI en Bolivia y en el extranjero, incluso sin ir muy lejos, es decir, en Latinoamérica o Centroamérica, existe un avance lento. “Fue ver el salto cualitativo que había entre periodismo que se hace en Bolivia y el periodismo que se hace en México, pese a que son un país que hablan español, yo le puedo decir que en el 2013, lo que nosotros estamos viviendo ahora, ya ellos lo vivían (entrevista a Nelfi Fernández, periodista de El Deber, 01/12/2021). Esto supone una diferencia abismal de ocho años.
Si bien es cierto que el país se ha quedado atrás, trabajos como los Papeles de Panamá y otros, escritos por periodistas investigadores bolivianos, han sido galardonados y aportan al periodismo en Bolivia. La metodología colaborativa de trabajo es nueva y se encuentra en etapa experimental en el país.
No todos los periodistas están abiertos a trabajar con periodistas de otros medios y es más complicado hablar de una colaboración transfronteriza; algunos se rehúsan a entrar a esta nueva forma de hacer periodismo de investigación. En efecto, esto implica más especialización en ciertas áreas y aprender herramientas tecnológicas que demandan tiempo y compromiso.
Antes, el periodista debía viajar para conseguir información. Consiguientemente, esto implicaba más recursos y limitaciones. Era casi utópico pensar en realizar investigaciones fuera del país. En cambio, el mundo moderno está a algunos clicks de distancia de bancos de información valiosa.
Por último, es conveniente acotar que a pesar de tener a la mano una gran cantidad de información, esto no supone un mayor o mejor trabajo en periodismo de investigación. Como mencionan algunos expertos, las facilidades que traen consigo las TIC dan lugar a la comodidad y el conformismo por parte de medios, periodistas, gobiernos y la misma sociedad.
7. Ejercicio del Periodismo de Investigación en Bolivia
En los años estudiados en la presente investigación, se evidencian distintas condiciones que alteran la manera en la cual se ejecuta un proyecto de PI; tanto por su incidencia en el contexto del objeto de estudio o en los recursos necesarios para que los periodistas puedan culminar con la investigación.
El análisis procedente del tercer objetivo muestra que los productos de PI encontrados datan desde el año 2006 en adelante. Los seis años anteriores no han sido encontrados en las distintas plataformas consultadas. Este dato es importante, ya que si existen, es posible que estén almacenados en hemerotecas.
En relación con este tema, se evidencia una dispersión de los trabajos realizados por periodistas. Algunos están en la hemeroteca digital de sus medios, otros se encuentran en plataformas impulsoras de periodismo de investigación como CONNECTAS, la Fundación para el Periodismo y otras pertenecientes a instituciones galardonadoras de premios en periodismo y PI.
Las publicaciones son escasas. Carla Hannover, ex periodista de La Razón y Página Siete en La Paz con especialización en PI, menciona que mientras trabajaba en Página Siete, se realizaron catorce investigaciones periodísticas del 2014 al 2019. A pesar de parecer un número grande, cuando se compara con las distintas noticias de coyuntura que salen diariamente, se ve reducido a nada. Es importante subrayar que estas publicaciones fueron realizadas con apoyo del medio. Sin eso, se dificulta aún más.
Si se toma un promedio de ocho secciones por periódico (internacional, nacional, seguridad, economía, sociedad, cultura, farándula y opinión), cada uno con dos a tres páginas y cuatro a seis planas; con dos a tres noticias por plana; todo aquello nos da un promedio que oscila entre 64 (como mínimo) a 144 (como máximo) noticias diarias. Esto sin contar las notas cortas publicadas en la web de cada medio. Sí debe tomarse en cuenta que el trabajo en una investigación periodística implica más tiempo, pero aun así se evidencia una diferencia abismal.
Ahora, se ve aún más limitado por la falta de apoyo de los medios y un recorte de personal. “Se recurre a los grants, los financiamientos, a estas oportunidades que te dan organizaciones internacionales que creen en el periodismo de investigación y apuestan por este periodismo como la llave que va a seguir manteniendo y dando sentido al periodismo de calidad” (entrevista a Fabiola Chambi, ex editora de la web de Los Tiempos, 19/10/2021). Esta es una estrategia usada por la mayoría de los periodistas para poder realizar este tipo de trabajos.
7.1 Condiciones en Bolivia para llevar a cabo un trabajo de periodismo de investigación
Al momento de realizar una investigación periodística intervienen distintos factores y recursos imprescindibles. Algunos de ellos no dependen en su totalidad -o en lo absoluto- del periodista o de su equipo de trabajo. Los expertos mencionan las deficiencias generales encontradas a lo largo de sus experiencias de trabajo.
Una situación que marca las condiciones del PI y el periodismo en general es la dependencia de los medios al financiamiento del Estado o de instituciones con poder monetario. “Los medios que reciben publicidad estatal sustentan todo, porque la publicidad estatal les significa por lo menos el 70 % de sus ingresos” (entrevista a Carla Hannover, ex periodista de La Razón y Página Siete, 14/10/2021). Es de conocimiento general que las publicidades pagadas en páginas de promoción de los periódicos son el motor de los medios, en especial impresos. Esto abre la puerta a peligros de incurrir en faltas éticas y morales. Es ahí que la formación y los valores del periodista se ven amenazados; incluso por el mismo medio.
En las entrevistas y grupos focales surgen otros desafíos que los periodistas consideran importantes al hacer investigación periodística. Estos son: los medios de prensa escrita y su relación con el PI, el acceso a fuentes y la carente Ley de Acceso a la Información, los intereses de por medio y la política, y la sociedad en cuanto a su respuesta hacia el PI.
También se menciona la pasión de los periodistas que deciden continuar con la profesión y, en especial, los que sacan tiempo, recursos económicos, humanos y otros para dedicarse al PI. Los mismos periodistas reconocen el trabajo de sus colegas y comparten visiones en cuanto a los desafíos atravesados.
8. Discusión y Conclusiones
El periodismo de investigación es un área que ha estado en el olvido por muchos años; al menos, desde una perspectiva de alcance e importancia para la población. En Latinoamérica, tiene el mayor auge, en especial durante la época de las dictaduras, y luego entra en un declive del que aún no se ha recuperado. Las condiciones para este periodismo son precarias en todo el mundo. Sin embargo, el contexto boliviano pone a los periodistas bajo condiciones aún más complicadas.
El concepto del PI, tanto para los teóricos como para los periodistas de investigación bolivianos, recoge un elemento clave: busca sacar a la luz información que el poder quiere ocultar. Éste se ha vuelto un discurso común al momento de definir este tipo de periodismo.
Si bien se conoce la esencia del mismo, hay una gran diferencia entre lo que se dice y lo que se practica. En otras palabras, el trabajo y los productos de periodismo de investigación muchas veces no llegan a cumplir este concepto. Esto no se debe a un factor en específico, sino a una suma de distintos desafíos que frenan la investigación y en algunas circunstancias la dejan en un punto muerto.
Se tiene un ideal de cómo debería realizarse una investigación, pero en muchas ocasiones el proceso entre la pre investigación y la publicación final cambia. Por otra parte, al ser un periodismo de índole riesgosa, la información no está “al alcance de la mano”. Debe buscarse con rigurosidad y valentía; más aún en un contexto corrupto como el de Bolivia, en el cual las situaciones se prestan para perder la ética y desviarse del objetivo original.
Como los medios generalmente no apoyan con tiempo ni recursos, el periodista debe recurrir a financiamiento externo. Esto implica un aumento de procesos burocráticos, de respaldos sobre su recorrido profesional y la temática a investigar.
El periodismo colaborativo y el periodismo transfronterizo son herramientas necesarias en la actualidad para hacer PI. Con la aparición de la tecnología, se deben dejar prácticas antiguas, como la retención de información y la competencia entre medios, para dar lugar a nuevas formas de hacer periodismo y una profundización en las temáticas.
Ahora bien, se hace imperante resaltar las limitaciones de acceso a la información en el país. Al no existir una transparencia en cuanto a los datos, en especial de entidades públicas y relacionadas al Estado, la investigación tiende a llegar a un punto sin salida. El sistema se presenta como una telaraña que debe romperse gradualmente para poder entrar al mismo nido donde se está gestando la corrupción. Esta no es tarea fácil. Menos aún cuando muchas veces es solo un periodista contra los implicados.
Si la información es un elemento base en el periodismo de investigación y no se tiene acceso a ella, no se puede hacer investigación. No se debería presentar un producto de PI sin haber agotado el acceso a todas las fuentes implicadas. Por eso se hace aún más necesaria una ley que rija a todos por igual.
Otro hallazgo importante es la falta de una base de datos con la información de productos de periodismo de investigación. Al estar en distintas plataformas, pierden visibilidad y se complica su búsqueda. También, se corre el riesgo de perder los productos realizados antes de la inserción de la tecnología, ya que están sujetos a posibles tragedias como incendios u otros.
Dentro de los posibles vacíos se encuentra la perspectiva de los directores y dueños de medios de comunicación, así como de los mencionados entes de poder. Por una parte, las leyes que promueven la transparencia y el acceso a información pública, como el proyecto de la Ley de Acceso a la Información que hasta ahora no tiene respuesta. Por otra parte, se puede plantear un estudio del periodismo de investigación enfocado en la sociedad y sus necesidades. También, se puede proponer un proyecto que compile y sistematice todos los productos de PI y acabe con la dispersión actual.
Periodistas del eje central de Bolivia entrevistados:
- Badani, Javier (Periodista de La Razón, La Paz)
- Canedo, Amparo (Ex directora y editora de La Razón, Los Tiempos y Opinión. Actual Directora de La Guardiana)
- Chambi, Fabiola (Ex editora de la sección web en Los Tiempos. Actual editora de Connectas y corresponsal para medio con sede en Washington)
- Chinchilla, Norman (Encargado de sección de cultura en Los Tiempos)
- Espinoza, Santiago (Jefe de redacción y periodista en Opinión)
- Estremadoiro, Ernesto (Periodista de El Deber)
- Fernández, Nelfi (Periodista de El Deber)
- Gómez, Andrés (Ex periodista de La Razón y La Prensa)
- Hannover, Carla (Ex periodista de La Razón y Página Siete)
- Lafuente, Leslie (Directora del periódico Opinión)
- Mercado, Jimena (periodista de investigación, especializada en medioambiente y economía. Periodista-editora en Periódico Digital PIEB)
- Navia, Roberto (Ex periodista de El Deber. Actual Director de Revista Nómadas)
- Quispe, Jorge (Ex periodista de La Razón y editor de la sección Al Día de Página Siete)
Periodistas del eje central de Bolivia en grupos focales:
- Espinoza, Santiago (Jefe de redacción y periodista en Opinión)
- Hannover, Carla (Ex periodista de La Razón y Página Siete)
- Mercado, Jimena (periodista de investigación, especializada en medioambiente y economía. Periodista-editora en Periódico Digital PIEB)
- Navia, Roberto (Ex periodista de El Deber. Actual Director de Revista Nómadas)
- Rojas, Claudio (Periodista, presentador, productor en Red Uno. Licenciado en Comunicación Social)
- Soruco, Juan Cristóbal (Ex Director de Los Tiempos. Actual director de Chequea Bolivia)